- Antílopez
- Fecha: 17 de noviembre
- Lugar: La Llotja (Elche)
- Crónica de Antonio López
Cuando queremos recomendar o hablar sobre un grupo musical, al menos en mi caso, tendemos a comparar con otros grupos, equiparar estilos, hacer memoria sobre otros referentes…
En el caso de los ANTÍLOPEZ, que el pasado sábado actuaron el la sala La Llotja de Elche, sería muy descortés proceder a calificarlos, encajarlos en algún ranking, simplemente por que son así: únicos e inclasificables.
Aunque ellos mismos ironizan sobre que son músicos de segunda categoría para la gran masa -no los escucharás en las radiofórmulas-, son conscientes de que su carrera, con esos tres discazos a la espalda (“Por desamor al arte”, “Desprendimiento de rutina” y “Dibujo Libre”) ya tiene mucho callo como para necesitar ayuda externa y padrinos para que llenar en sus conciertos.
No obstante, con esa informalidad y cercanía desde el minuto cero, no dudaron en separar al público en “quién nos ha visto varias veces”, “quién ha venido por primera vez recomendado por un amigo” o “quién viene a vernos por Operanción Triunfo”.
Y es que, tal y como tuvimos la suerte de comprobar, no les hace falta productor que les marque una línea encorsetada a seguir. Mejor la fórmula actual, el boca a boca, el oído a oído, para que puedan hacer lo que les de la gana encima del escenario. Arrancar un concierto con una charla sobre la influencia de Finlandia en la música española, nada más absurdo, con el grito de “I’m from Finland”, o dar el aviso de ante cualquier momento de pánico por parte de público primerizo, alertar con la contraseña “Amaia Montero”. Un humor absurdo digno de los mismísimos Tip y Coll o Faemino y Cansado. Aunque ellos son Miguel Angel Márquez y Jose Félix López.
En su concierto de Elche, el dúo de Huelva volvió a mostrar sus cartas sin filtros ni vergüenza alguna: estupendas canciones en su formato acústico y teatral, humor, ironía, crítica social, amor y desamor a ritmos de copla, ska, reagge, pop, country o disco. Aquí vale todo porque todo está hilado para dejar con la boca abierta al personal, que al final del concierto se pregunta si estos tíos son buenos cómicos, buenos músicos o buenos cantantes.
Para mí, son la combinación perfecta de espectáculo. Parto de reconocer que sus músicas, sus voces y letras son muy buenas, pero al sumarle ese desparpajo humorístico, terminan de ganarme. Además, tras verlos en directo en formato banda, creo que prefiero tenerlos como el sábado, cerquita, con esa intimidad de los acústicos desnudos y honestos, donde se crecen mucho más.
Sin duda alguna, volveremos a repetir cuando se acerquen por esta tierra, aunque si fuera en la misma sala, sería un detalle que las luces del escenario no fueran tan pobres, además de eliminar esas sillas para que la gente pueda disfrutar acercándose al escenario, bailar, saltar o tomarse algo fresquito en la barra, que aquella noche estaba cerrada.
Vídeo de Victoria Lourdes:
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