«La primera inquietud ante la luz es el abandono, no te atrevas a abrir los ojos» Francisca Aguirre
La dedicación a cualquier arte, para el que lo ejerce, ya por si mismo representa una satisfacción. Sin embargo, nunca está de más ser homenajeado y si es en vida mejor que mejor.
El 5 de abril en la Feria del Libro tuvo lugar el reconocimiento público de la poeta alicantina Francisca Aguirre, rodeada de familia, amigos y todos aquellos que admiramos su trayectoria vital, la que ha alimentado su obra literaria desde hace más de cincuenta años.
La tardía publicación de su primer poemario “Ítaca” supuso que su nombre se viera apartado hasta hace poco de la generación que le corresponde por fecha de nacimiento (1930) La Generación del 50 (Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Francisco Brines o Claudio Rodríguez). Más de una decena de poemarios publicados entre 1972 y 2018 (recopilados todos ellos en “Ensayo general” Ed. Calambur 2017) y dos libros en prosa Espejito, espejito, libro de recuerdos y Que planche Rosa Luxemburgo, relatos (Premio “Galiana”, 1994) reivindican el lugar que le pertenece en la cultura de las letras españolas.
Es de destacar la firme defensa de la candidatura de Francisca Aguirre por parte del profesor y escritor Jose Luis Ferris, quien en el momento de proponer para el premio a algún otro autor que no estuviera incluido en el listado por el Ministerio de Cultura de España, con total determinación abogó por la poeta considerándola merecedora del Premio Nacional de las Letras Españolas en 2018, sin desdeñar al resto de candidatos. Así se decantó finalmente la balanza del jurado para otorgarle dicho galardón.
Para iniciar el acto en la Feria del Libro, la concejal de Cultura María Dolores Padilla consideró a Aguirre «un regalo para la sensibilidad y la inteligencia, la más deliciosa embajadora de nuestra tierra» y «un ejemplo moral para todos» seguida de Jose Luis Ferris que mencionó que «amar a alguien como Francisca Aguirre no tiene ningún mérito. Es un acto reflejo que se dispara al poco que leamos su obra y conozcamos su vida, no cabe otra opción»
Y es que la vida de esta mujer nacida en Alicante, comenzó con el exilio a Francia al poco de venir al mundo. Traspasando junto a su familia la frontera en el 39 huyendo de la dictadura y encontrándose de cara con el fascismo y el nazismo que comenzaba a caer sobre Europa. El regreso a España estuvo marcado por el hambre y la injusticia de tener que ver como su padre era encarcelado y posteriormente asesinado. El sentimiento que la posguerra le provocó se le agarró en las entrañas, siendo los libros y la música su único refugio, «transformando su dolor en una lección de luz»
Con sus palabras representa «la delicadeza de lo mínimo» haciéndonos ver a través de su memoria «un sitio donde se está divinamente» y con el que «tuvimos todo para siempre, y ya nadie podrá quitárnoslo».
Durante el homenaje varios poetas alicantinos participaron leyendo algunos de sus poemas, comenzando su hija Guadalupe Grande con “La Sonrisa”. Le siguieron: Pilar Blanco con “Los trescientos escalones”, Javier Cebrián con “Las cicatrices”, Pedro Serrano con “Testigo de excepción”, Juan Ramón Torregrosa con “El préstamo”, Ramón Bascuñana con “El último mohicano”, Óscar Navarro con “El extraño”, Lola Miralles con “Desmesura”, Rosa Cuadrado con “Aprender a mirar”, Olivia Martínez Giménez de León con “Oxímoron” , Natxo Vidal con “Última nieve”, Rafa García Jover con “La nana de los escombros”, Víctor Manuel Sanchís con y Mari Paz Moreno con “Nana de las cicatrices” y Jose Luis Ferris terminó con la parte «sonetista» recitando los dos tercetos de dos poemas del libro Los cantos de la troyana en el que «la autora canta a un amor tan desesperado como irrenunciable. Sublime y terrible al mismo tiempo, pues da la vida y al tiempo la destruye»
Conmovida por el haber visto sus poemas recitados en boca de sus compañeros, Paca Aguirre se despidió diciendo «yo a esta tierra la quiero mucho y a sus habitantes también» Su herencia es un conjunto de vivencias que nos llega a través de su poesía y quedará para siempre.
Deja una respuesta