No puedo decir que esta visita no me hiciera ilusión. A pesar de que iban a ser sólo unas cuantas horas, acudir al Salón del Cómic de Valencia me resultaba una experiencia que podía ser más que enriquecedora, y la Gema Over apasionada del arte y del cómic, la adolescente, la que se pasaba tardes enteras cotilleando las colecciones en Ateneo y Comix City, estaba más que preparada para la aventura.
Tampoco quería ir con una idea preconcebida de lo que sería el evento (las comparaciones siempre son odiosas) y mi mente hizo todo lo posible para ello, a pesar de que ya pude empezar a ver durante el recorrido en el metro a unos cuantos «cosplayers», y por casualidades de la vida iban disfrazados de una de las series que más me gustan. Adiós a la mente en blanco.
El Salón este año lo organizaba la propia Feria de Valencia, en comparación a los anteriores ya que corrieron a cargo de la organización Heroes Comic Con, que ya ha realizado eventos de la misma índole tanto en Madrid, Barcelona y próximamente en Bilbao.
En la entrada te recibe un enorme photocall para que todos aquellos que quisieran hacerse la foto (y de paso hacer publicidad gratuita a la convención).
Tengo que decir que El punto de información estaba muy bien colocado, justo al pasar la puerta de entrada y la salida de la feria. Acercarme me dio una pista de las dimensiones. Aunque llevo suficientes eventos a cuestas para saber que el tamaño no tiene nada que ver con la calidad.
Estaba muy concurrido, la cola para comprar la entrada era inmensa, y, para cuando yo entré, dentro ya había mucha gente. Se nota que el cómic, la cultura geek mueve mucho (tanto personas como dinero) y en el público valenciano, se nota la afición al cómic y a la ilustración. El público no es más que el reflejo de las inversiones que las instituciones valencianas están haciendo en la cultura. Lástima que a Alicante no llegue esa misma inversión…
Mi primer objetivo fue pasear por el Artist Alley, un espacio donde todos aquellos que quieren empezar en el mundo de la ilustración y del cómic puedan tener una oportunidad para vender productos y arte hecho por ellos. Lo he comentado antes, que las comparaciones son odiosas, y lo que fueron unos 10 puestos en el VGC (en Alicante) aquí fueron alrededor de 60.
Precisamente éste era uno de los espacios que sorprendía. Estaba muy concurrido. La gente estaba animada a comprar, a cotillear, a preguntar, a relacionarse… Pero a la vez la organización no debió de tener en cuenta que la gente estuviera tan interesada, ya que en el espacio (que era un pasillo) apenas cabían tres personas una al lado de la otra.
Después de agobiarme un par de veces (repito, por la cantidad de gente y el poco espacio), paseé por los stands de las editoriales donde los autores y dibujantes se pasarían firmando sus obras durante todo el día. La mayor parte de ellos tenían un cartel con el horario de firmas, pero hubiera agradecido que toda esta información hubiera estado en un solo cartel.
Los autores más conocidos se veían a la legua, las grandes colas les desvelaban: Paco Roca, Isaac Sánchez (por muchos, conocido por Loulogio), Salva Espín o Joe Bennet (éstos dos en el Stand propio del Salón del Cómic). Pero también había mucho espacio para otros autores como Sergio Bleda (El baile del vampiro), la noveldense Amelia Navarro y el alicantino Josep Rural (Saxífono, obra que recibió Mejor Fanzine Saló del Cómic de Barcelona), Lolita Aldea (Virtual Hero), Pepo Pérez (El vecino), Rafa Fonteriz (Iberia Inc.), Adrián Bago (Obscuro) o Ángel Muñoz (Objetivo: Hedy Lamarr), citando solo a algunos de la cantidad de autores y autoras que habían acudido al salón.
Podría seguir hablando específicamente de todo lo que vi en el Salón del cómic: Lo que hablé con los diferentes autores (tengo que destacar que la presencia femenina en estos eventos, aunque está creciendo paulatinamente, sigue siendo escasa) tanto valencianos como alicantinos, las diferentes exposiciones, repartidas por toda la feria: Los 80 años de Batman, las revistas Alta tensión y Plaça del Mercat (revistas que divulgan el cómic y que nacieron en la Comunidad Valenciana) la exposición Nosaltres també organizada por el IVAJ (vaya, otra institución pública valenciana).
Pero siendo específica: Justo ocurrió lo que me sospechaba. Pese a que la feria, en cuanto a instalaciones y tamaño no tuviera que envidiarle nada al IFA, la calidad y cantidad de autores y artistas era inmensa. No hablo del Elche Go! porque hay que ser listo para hacerlo coincidir con ésto. Pero bueno, podías estar paseando perfectamente por los pasillos de las editoriales y encontrarte con los/las artistas caminando al lado tuya, como me ocurrió con Antonio Altarriba (Yo, asesino o El arte de volar) y el trato entre aficionados y autores era muy cercana y yo no era la única que mantenía conversaciones con los autores y artistas (o esa es la impresión que me tuve). También se notaba la apreciación del cómic por el público valenciano: lo he escrito antes, la zona del Artist Alley estaba a rebosar de gente pese a que había muchas opciones donde elegir, tanto por la mañana como por la tarde, y la gente estaba interesada realmente en la obra, en conseguir arte y en impulsar a los aficionados y no tan aficionados.
Tengo que decir que fue una experiencia personal tremendamente gratificante, y pude irme cargada de obras y conociendo a artistas (pese haber estado sólo unas cuantas horas) y con una sensación de que el cómic y la ilustración en Valencia era muy apreciada.
Lástima que en Alicante sólo seamos frikis apestadas.
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