El baile solidario en el Teatro

La solidaridad es una afición en desuso… aunque te la pongan a huevo y no te suponga mancharte las manos, ni perder tu tiempo. No voy a ser cínico, porque cada uno ayuda al prójimo como puede, o como quiere, pero la posibilidad de colaborar con una buena causa yendo a un concierto no es muy habitual, por éso el miércoles pasado, unos cuantos locos, nos solidarizamos con Siria bailando en el teatro.

En este cuento, la princesa eran Los Manises, el zapato de cristal perdido Isasa y la Cenicienta, cenicientITA.

El baile fue un miércoles, escusa perfecta para salir de casa, o quedarse en ella, dependiendo de las inquietudes de cada uno. Los que elegimos la opción A fuimos un grupo reducido, yo diría que un poco snob, porque esto del teatro mezclado con grupos made in Fulgor es un poco petimetre (para que negarlo). Pero coño, por una vez, Siria era la escusa y 12 euros te los gastas en tantas chorradas que ¡qué cojones!

Ita, para quien no lo sepa, es el nuevo proyecto de Bea, a la que, como diría a Troy McClure, recordaréis de otros proyectos como Dei Suoni o Baralides. Esta vez, toco apenas cinco temas nuevos, con ese tono tan folk y Lofi que tanto nos gusta. Se quedó corto, pero bueno, así tenemos más ganas de verlos (porque son un trío) la siguente vez.

Después salió Isasa, con su timidez de seis cuerdas. A transmitir sus emociones sin palabras. Al fin y al cabo, era miércoles, que es el día central de los estreses y, también, el principio de la cuesta abajo hacia el fin de semana.

Curiosamente, su último disco se llama «los días» y así, sin relojes, sentados y relajados, escuchamos los matices de «Aina«, el abandono de «Ronda de Segovia» y hasta una versión de «La bien pagá». Las almas de los sirios no sé, pero a mi el fulgor se me apaciguó bastante y me acordé de la puta madre de Al Asad, del Isis y sus mierdas y de todos los Estados occidentales que no hacen nada por nadie.

Menos mal que Los Manises volvieron para romper el silencio con sus mantras contagiosos. Los mayores de 65 aguantaron 2 minutos y al resto nos dieron ganas de subirnos al asiento a hacer el mongo. 

Estando en un teatro, fue como si a Faemino y Cansado les das un bajo y una guitarra y Paco Pil se pone a pinchar la base de «Bombas, Bombas (¡qué pasa!)», mientras Teófilo, el técnico español necrófilo, pisa cables y entrecorta las canciones.

Fue divertido y a algunos, nos recompensó la putada de habernos perdido el Fucking Primavera Sound. Pero bueno, la cosa es que haya zapatos para todos y que no haya que huir de tu casa, la tengas en Siria o en un Cabasset en el Congo.

De eso se trataba, y como decía un sabio: «Un granito de arena es el principio de la playa más inmensa».