Ahora que lo deja, puedo decir que Guillermo Heras es una de las personas que más me han sorprendido en estos 7 años que llevo ejerciendo de periodista cultural en Alicante.
Aquí la mediocridad es un estigma que predomina en polític@s, gestores conformistas, artistas egoístas y periodistas que escriben desde el enfado que provoca la precariedad. Pero él, más allá de un curriculum, y un proyecto que ha dado muchas luces a esta inexplorada ciudad, siempre fue un militante del teatro, un profesional, un hilo conductor y un aperturista, que aún haciéndose viejo, ha sabido dar la cara y encabezar una pelea, con algo tan poco extendido en estos lares como la durabilidad y el éxito.
No se puede hacer más. E incluso en la línea de meta, se permite el lujo de hacer un balance de su gestión, enumerando sus debes y trasladando el foco a esas instituciones sin alma cultural que nos presiden y al relevo generacional que tiene abierta, de par en par, las vías de exigencias. Eso sí, para cruzarlas, van a tener que hacer algo que no han hecho hasta hoy: MOJARSE. Algo que, probablemente, ha hecho en exceso el señor Heras. Que quema. Que debería inspirarnos. O, al menos, debería hacernos pensar si cosas con el peso de la Muestra de Teatro, no merecen expulsar la mediocridad, las siglas y todas las pamplinas que han acabado de cansar a un señor que, quizá, podría ser el nombre que buscan para dirigir el Teatro Principal, o para ser ese candidato de consenso, del que siempre hablamos, para dirigir el paso de la Concejalía de Cultura de Alicante, o de la parte cultural de la Diputación.
No sabemos si está entre sus planes seguir aportando cosas. Pero, al menos yo, le agradezco enormemente lo que su trabajo ha aportado al pasado, al presente y al futuro de Alicante, de su teatro, y de su cultura en general.
Dicho esto, y recordando el relato surrealista de la semana pasada, os dejo su comunicado oficial:
Después de dirigir la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos de Alicante durante 29 años, ha llegado el momento de comunicar mi decisión de no continuar ejerciendo este cargo en la siguiente edición.
No se trata de una dimisión pues la decisión de quién dirigirá la próxima Muestra, como así ha sido desde su fundación, se toma por parte de las Administraciones Patrocinadoras en la reunión que suele celebrarse en febrero de cada año natural. Por tanto, este es un comunicado para plantear que no me presentaré a la reelección en esa próxima reunión. Y por eso señalar que esto es, simplemente, una renuncia y no una dimisión.
Lo anuncio con el tiempo suficiente para que las Instituciones puedan estudiar con tranquilidad que tipo de modelo, tanto jurídico como artístico, quieren desarrollar de cara al futuro. Ahora que el INAEM ha hecho una propuesta a las demás Instituciones para alcanzar un acuerdo sobre la renovación administrativa del Patronato establecido en BOE, en el año 1998, es un buen momento para establecer un marco jurídico claro, en que la nueva dirección tenga bien definidos los parámetros de actuación que se le adjudican.
Las razones de esta decisión son, desde luego, de orden administrativo y de orden personal. En lo personal porque estoy convencido que debe abrirse un nuevo ciclo y, en lo administrativo, porque pertenezco a una generación que en los años 80 del anterior Siglo, hizo un gran esfuerzo de gestión para agilizar y desburocratizar modelos administrativos que ya estaban obsoletos. Baste analizar parte de esa Historia para ver que conseguimos algunos resultados interesantes, entre ellos la despolitización partidaria de la gestión cultural pública y una agilización en los procesos administrativos cotidianos en la vida de las Artes Escénicas. Es decir crear en libertad artística, aunque siempre he defendido que sometidos a los necesarios controles económicos, marcados por cada una de las Administraciones concretas.
Puede que aquello fuera un espejismo, pero las dificultades actuales para desarrollar un modelo artístico de gestión, en concreto de los festivales y muestras, dista mucho de parecerse a aquel sueño. Pero más allá de esta cuestión, quizás subjetivamente razonable, creo que después de 29 años es saludable encontrar nuevos caminos para la gestión de esta Muestra y encontrar la necesaria energía nueva que, sin duda, deberá encarar nuevos retos en la gestión y en lo artístico. Y, eso debe hacerse con una nueva Dirección.
No dudo que, como en toda trayectoria de un proyecto cultural esta travesía haya tenido luces y sombras y corresponderá a los críticos e historiadores valorar su transcendencia durante los años transcurridos. De cualquier manera, creo que poniendo en una balanza sus actividades, los logros alcanzados pueden llenarnos de orgullo al equipo que ha pilotado la Muestra estos 29 años.
A título de balance 645 espectáculos programados de todo género artístico, generacional y productivo, 29 talleres de dramaturgia de los más importantes autores y autoras españoles, debates a través de la palabra de aut@r, encuentros
con editores, productores y programadores, con especial valor el encuentro anual de traductores de varios idiomas que proyectaron nuestra dramaturgia en el exterior, 27 números de la revista CUADERNOS DE DRAMATURGIA que recogieron el pensamiento de la autoría teatral más viva, las colecciones en papel y virtuales de grandes textos contemporáneos, la colaboración con el INAEM en las ayudas de DRAMATURGIAS ACTUALES, Homenaje a 28 autores y autoras de gran trayectoria en nuestro teatro, la concesión del Premio Honorífico Palma de Alicante a grupos, entidades y personas de gran relevancia en el apoyo a nuestra dramaturgia, de diversos talleres con el Instituto Juan Gil Albert y la Casa del Mediterráneo, la puesta en marcha con el Instituto Valencia de Cultura de las residencias de traductores, la colaboración con Universidades y Centros Culturales de España en Latinoamérica y Europa y algunas otras acciones en festivales siempre relacionados con nuestra dramaturgia actual.
No obstante también quiero dejar constancia de mis mayores frustraciones por no poder haber resuelto algunos retos. Los más importantes serían:
-La fallida consecución de un estatuto jurídico estable en estos años, si bien debo agradecer el esfuerzo y compromiso de todas las instituciones Patrocinadoras para logar sacar adelante cada edición de la Muestra, incluso el pasado año con la pandemia en plena expansión.
– El no haber podido realizar COPRODUCCIONES con grupos y compañías de las que sabía tenían un buen proyecto dramatúrgico.
-La carencia de presupuesto adecuado para poder contratar espectáculos cuya calidad habría merecido estar en la programación de la Muestra.
Y, sin embargo, insisto en que lo realizado en estos años supera con creces lo que se pensaba al inicio de las primeras Muestras.
Y, ahora ya mis agradecimientos que tiene que ser muchos.
– A todas las personas de las diferentes Instituciones que tanto apoyaron este proyecto.
– A todas las personas que, año tras años, nos han acompañado, asistiendo a los diferentes eventos y convirtiendo Alicante en un foco de referencia fundamental de nuestra dramaturgia viva.
– A los medios de prensa y de comunicación de Alicante que desde la primera Muestra mostraron su apoyo a su celebración y desarrollo.
– A todas y todos los dramaturgos, y dramaturgas, actores, directores, técnicos y gestores sin cuyo compromiso y colaboración habría sido imposible el crecimiento y consolidación de la Muestra.
– Y, sobre todo, a mi equipo de gestión, prácticamente estable desde la primera Muestra y que, en realidad han sido los verdaderos hacedores de la realidad práctica de la Muestra, año tras año. Sé que normalmente parece que es la dirección de un evento la que lleva a buen puerto un proyecto cultural. Yo pienso que sin un equipo estable y comprometido eso suele ser imposible.
Evidentemente mi compromiso como director, y por consiguiente, a seguir realizando todas las funciones que confiere el cargo seguirá siendo mi
compromiso firme hasta la decisión que tome el Patronato en su momento oportuno.
Y ahora ya sí, mi pequeño hasta luego, porque allí donde esté nunca dejaré de apoyar y ayudar en lo que pueda al futuro de esta Muestra, y toda mi ayuda en la reflexión sobre esta etapa de transición, desde mi compromiso más profundo con las dramaturgias actuales de nuestro país.
GUILLERMO HERAS (noviembre de 2021)
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