Yo soy del norte. De un lugar en el que el poco flamenco que se escucha va ligado al mayor de los purismos. Me había olvidado por completo de la esencia del cante hondo, el que en mi infancia me llevaba a patios extremeños en los que sonaban Felipe Campuzano, El Cabrero, Paquera de Jeréz, Morente o Camarón.
Hoy queda poco de aquellas noches con olor a Whisky, movimientos infernales, taconeos y miradas salvajes. Yo era muy niño para entenderlo, pero quien ha sentido eso, tiene la necesidad de respirarlo, al menos, una vez al año. Y así, me voy al cante de las minas de La Unión, busco al Niño de Elche, a Alfredo Tejada, al Mati, a Riqueni, a Paco Cruzado o a Tomatito. Incluso me subo a carros como los de Califato 3/4 o los Derby Motoreta. Nada de rumba, que desde que se fueron los Calis, ya no me ha vuelto a interesar.
Todo esto, siempre, me lo guardo para mi. Porque no soy un experto en los palos del flamenco, y seguramente, se me escapan muchos nombres, por eso de que el palmeo de acompañamiento tiene más que ver con el vicio, que con la especialización que puedo tener en otras artes.
El caso, es que hace mucho tiempo que tenía ganas de ver a Israel Fernández antes de que las multinacionales y las milongas le hagan perder el norte de su esencia, la que te hace valorar más un arroz con pata que un anillo dorado, pagado con dólares, en el dedo.
Despeinado, pero elegante, y con Diego del Morao (hijo del gran Moraito), saltó a una casa de la Música llena hasta la bandera.
El escenario era una réplica de tablao, con sillas de mimbre, micrófonos y hueco suficiente para el impulso divino de llegar a las notas rasgadas a las que sólo llegan los grandes como José Monje Cruz. Al fondo, brillante y tenue, una pantalla en la que se podía leer «Atiende On».
Me senté en primera fila. En otra silla, a mitad de camino entre el público y el artista. Ahí donde ves caer, al trasluz, la saliva y se oye el ronroneo del callo de los dedos del guitarrista, dar color a la melodía.
La complicidad era evidente entre los dos artistas. Una simple miraba marcaba el paso de la letra, mientras la guitarra ponía luz a una voz con poderío, emoción y empaque, mientras en el diálogo no escrito de la actuación, sobrevolaban restos de admiración mezclados con la más absoluta devoción. ¡Normal que sonara todo tan compenetrado!
Los «quejíos» fueron calentando el ambiente al son de las manos con ritmo de Markito Carpio y Ángel Moreno Peña (Pirulo). El escurridizo duende había venido a vernos. La complicidad se trasladó a las gradas en forma de lágrimas, vellos de punta y ¡Olés! animando una faena épica, irrepetible y única, que añadir, más de 30 años después de la primera, a mi zurrón de recuerdos de seguirillas, tarantos y bulerías.
«Amor» es un gran disco, digno de un Grammy, que ha acompañado muchas tardes al sol de mi verano. Pero lo que deja intuir, nada tiene que ver con que la onda expansiva se te clave en los tímpanos y corra por todos los rincones de tu cuerpo. Justo por eso, me paso la vida diciéndote que vengas, que no sabes lo que te pierdes…
Porque, a veces, las juergas no requieren vasos. Yo soy un profano, y alguna de las otras me he pegado, callado, acoplado y sin dar palmas para no meter la pata. Seguramente por eso, zapatee en silencio y degusté estos ratos diferentes. Porque relaciono flamenco con felicidad. Por eso lo lloro «pà» mi, porque no siempre hay palabras para describir determinadas emociones. Esas, se escriben con sonrisas, con aplausos y con letras sueltas que se te clavan dentro y acaban formando parte de tu historia, y de gente como la que el viernes se pasó por Cigarreras a vivir eso que no todos entienden.
A esos, sólo puedo decirles que deberían probarlo. Aunque seguramente, sin un porqué, o un recuerdo, les pase desapercibido lo que este arte aporta. Es más sano que otros vicios. Aunque hay que tener cuidado, porque engancha más de lo debido.
Próximos conciertos del ATIENDE ALICANTE 2021
Tarta Relena
- Día: 20 de noviembre, sábado
- Hora: 12.30h
- Lugar: Palacio del Portalet (Alicante)
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Sandra Monfort
- Día: 4 de diciembre, sábado
- Hora: 12.30h
- Lugar: Palacio de Portalet (Alicante)
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Candeleros
- Día: 10 de diciembre, viernes
- Hora: 21.00h
- Lugar: Las Cigarreras CC (Alicante) – CASA DE LA MÚSICA
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