Siempre tratamos de diferenciar el profesionalismo del hobbie. El trabajo duro, del pelotazo efímero. El criterio de la incultura… entre medias puedes encontrar todas las discrepancias que quieras, los matices, las historias personales, los éxitos y los fracasos ahogados en una misma bolsa…
Vivimos esa vida dual, de manera tan intensa, que a veces, nos cuesta definir con certeza la realidad que vivimos. Y eso, sumado a la endogamia del sitio, o a la repetición que tanto os cansa, provoca numerosos mal entendidos. Tantos que, a veces, tengo la sensación que muchas no saben ni a qué nos dedicamos en realidad. Ni dan importancia a lo que es tener una agenda, el trabajo, tu profesión, el bagaje, la experiencia…
Por eso, está bien salir del círculo viciado en el que vivimos y escuchar reflexiones diferentes, como la que ayer hizo Sonia Grande, reconocidísima figurinista de cine (que está trabajando en la última película de Woody Allen), en El Faro (de la Cadema Ser) .
Su entrevista empieza a la hora y media de programa con una puesta en valor de su trabajo y es maravilloso como se va saliendo del guion de Mara Torres hasta llegar a una reafirmación de esa profesionalidad que siempre reclamamos, esa educación adquirida, la calidad y la experiencia, formando TU CRITERIO PROPIO.
Eso y lo importante que es tener claro lo que no te gusta. Justamente, la clave del porqué me he puesto hoy a escribir sobre ésto. La coincidencia en el resultado del análisis, a pesar de que nuestras profesiones no se parezcan, demasiado.
En resumen: NO TIENE PORQUÉ GUSTARTE TODO. Si el mundo lo entendiera así, el valor de lo que acumulamos, tendría un precio más alto. Y un sentido más fácil de explicar. Y de medir. Eso valdría más que todos los Goya que puedan darte…creo.
Fdo: La discrepante.
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