De los creadores de artistas quemad@s de Alicante, llega Artistas Proyectad@s… una nueva propuesta de La Concejalía de Cultura, en colaboración con Impulsa Alicante y otros habituales del álbum: «sácame la foto con este bonito cartel», que lejos de apagar los ánimos ha acrecentado la mala hostia de los «elegidos» representantes virtuales de la cultura alicantina.
Empiezo por lo bueno, porque la idea lo es: (cortapega del panfleto público):
ImpulsaCultura Projecta es un programa de asesoramiento y mentorización que nace con el objetivo de guiar en el intenso proceso de creación de una empresa a nuevos proyectos de emprendimiento de la industria cultural y creativa alicantina.
Reforzaremos conocimientos y habilidades, pondremos a disposición de los emprendedores todo un equipo de mentores personales de reconocido prestigio y orientaremos a los responsables de cada proyecto para que logren concretar sus ideas y presentarlas en el mercado como modelos de negocio rentables.
Doce emprendedores del ámbito cultural y creativo, diez sesiones formativas, intensas y participativas, diez dinámicas de networking vivencial y cercano, diez horas de mentorización individual experta en las áreas que más necesites… un itinerario de tres meses que finaliza con la publicación de tu proyecto en el referente pionero del crowdfunding en Europa: Verkami. Comprometidos, creativos, líderes en micromecenazgo cultural, Verkami supondrá una alternativa real de financiación para cada uno de los proyectos seleccionados.
Suena bien ¿eh? Os inscribís AQUÍ y ¡hala! se acabaron las tediosas charlas egocéntricas del Consell, la precariedad, la falta de ayudas y todas esas cositas nimias que nos inquietan a los Agentes (culturales) de esta ciudad ¿no?
Y digo yo, que si citan hace apenas una semana a todos los «animadores de la escena artística alicantina» ¿ésto no era digno de mención? y la «Residencia para producción»¿tampoco?
– Que va, mejor abrimos un turno de ruegos, egos y soniloquios y, si eso, nos ayudáis a que Alicante sea capital cultural del mundo, porque ¿qué mejor manera de vender esta ciudad que apropiándonos de las propuestas ajenas? Eso no lo digo yo, porque estoy en periodo de reflexión fuera de la ciudad. Me lo cuentan por Whatsapp, mensajes privados, muros de facebook o cosas como que lo de Proyecta (ALC), sea el nombre de un festival que organiza La Asociación Mediterránea Audiovisual.
Algunos confunden el significado de vender con prostituirse y el escuchar con: vosotr@s hablad lo que queráis que luego la unanimidad la reinterpreto yo con el antiguamente criticado «voy a hacer lo que me salga de los cojones».
Hasta hace dos años, la cultura alicantina era una trinchera. Y en pleno tratado de paz renacen viejos fantasmas que hacen que muchos duden de todo y se replanteen los mínimos. Es más fácil declararse desencantado que seguir luchando, pero nadie dijo que fuera a ser fácil. De hecho, lo complicado, en este caso, es que no hay un camino marcado. Esto es un lienzo en blanco que hay que pintar, un libro por escribir, un guión por interpretar. Yo estoy decidiendo mi papel y me consta que hay mucha gente que está en la misma situación. Quizá entre todos encontremos la vía alternativa para llevar a buen puerto los bocetos de estas simples intenciones. U otro altavoz.
Juanjo Hernández, decía el otro día en Be Xl, que hay que quedarse con lo positivo. Estamos de acuerdo, porque muchas cosas han cambiado y otras cambiarán. Lo que no hay que perder, nunca, son las formas, o quizá haya que instaurar la empatía como siguiente punto del día a tratar. Porque quizá ésto sea tan simple como el viejo juego de ponerse en el lugar del otro, y ser capaces de ser: concejales, técnicos, artistas, gestores o periodistas por un momento.
El tanto que se lo apunte el que quiera. A mí no me interesa la política, sólo hablo de cultura…
Antoni dice
Gilipolleces que no afrontan los problemas de raíz: La precariedad del sector, las normativas desincentivadoras y una fiscalidad abusiva alejada de la realidad.
Con estas imbecilidades, la concejalía de cultura de Alicante no va a ninguna parte.