Ni movilizaciones, ni 8000 firmas han sido suficientes para que las melias de la Avenida de la Constitución, se hayan arrancado, de mala manera y con excavadoras. Imagino que viendo la proporción de alicantinos que no han firmado, el tema les debe dar igual, pero en las pequeñas batallas perdidas está una parte del futuro que nos perdemos. Ni es una cuestión de estética, que también, ni de ecología, ni de historia…. Se trata de idiosincrasia, de una base más sólida a la que abrazarse. Algo que alguien que vino de fuera detecta como un déficit importante en esta ciudad demasiado acostumbrada a no postularse y dejarse llevar por gente, que en la mayoría de los casos, arruina, más que embellece.
El paro sube en 2000 personas y seguimos por encima de los 100.000 desempleados. Tenemos una dependencia patológica del sector servicios. Y en temporada baja se nota. Lo que no quita para que, aprovechando las elecciones, se pueda intentar reabrir, públicamente, el debate sobre el modelo económico.
Y hablando de comicios, en El Campello siguen intentando formalizar una confluencia de izquierdas que en Alicante, por desgracia, no tiene pinta que se vaya a producir. Ruth Merino encarna el pistoletazo de salida de políticas de ciudadanos que por miedo a quedarse sin sopa boba se abrazarán al PP. En Madrid sigue la pataleta de críos de Podemos por no querer matizar la ley del “sí es sí” y otras cosas del populismo y las redes que no sé si convencen a alguien, pero intentaremos que toda esa basura quede de lado con algún debate serio en el que se hable más de propuestas y menos de sandeces.
La buena noticia es que hoy se ha evitado el desahucio de Jan en Carolines. No puedo juzgar los casos que no conozco, pero en mi entorno, cada vez más gente ha pasado de una situación relativamente estable, a la pobreza. Y con necesidad me refiero a no tener márgenes en la vida, ni de tiempo, ni de dinero para comprar cosas básicas. Esta tónica se puede resumir en “trabajar para sobrevivir”, el problema es que esa resistencia deja demasiadas secuelas físicas y psicológicas que si visteis el telediario de anoche, maravilloso por cierto, es difícil saber si la sanidad pública nos va a ayudar cuando caigamos del todo.
Como es San Blas, día en el que en mi pueblo se comían rosquillas y lo celebrábamos con dos bofetadas: plis-plas, que alguno le vendría bien. Para todo lo demás, más que violencia, mejor un poco de cultura. Empiezo con música: la de Andreu Valor, visitando la Sala Euterpe, o Sebastian Legovic en Fahrenheit. Si os apetece Jazz, hay tres buenas opciones con la jam del refugio de sant joan, o los conciertos de Klau Gandía en modo quintet en San Vicente o Mamboula en Entre Bambalinas. Si el cuerpo os pide escena, las tres opciones más destacables son: “Papel” del Ventrículo Veloz, en El Campello, la premiadísima els Villalonga, de l horta teatre en el Arniches, o “la razón”, nada que ver con el periódico, en el Principal.
También hay risas en el Aula de Cultura y en clan cabaret, cine en Elche, una performance de letras de Asunción Torres en la Biblioteca de El Campelllo, un encuentro con Carlos Rodríguez, editor de la Uña rota en 80 Mundos, la Jam poética del Refugio de Alicante… y para familias, Alberto Celdrán cuenta cuentos en Llibres Chus, o los cachivaches de Clowndestino en la casa de Cultura de Mutxamel.
Despido el día en el que murió la música, con una frase de Ramón Buenaventura apta para los viernes: «Vivir plenamente produce un cansancio infinito, pero muy gratificante.»
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