CALA VENTO
- Día: 18 de noviembre de 2023
- Lugar: Sala Magma (Alicante)
- Aforo: Más de media entrada
- Sonido: casi perfecto.
Alicante no deja de sorprenderme. El hecho de que nada se consolide del todo acaba, irónicamente, haciendo de envoltorio de todas esas cosas que acumulamos en nuestro zurrón de estrenos del año.
El último, ver conciertos en la Sala Magma. Porque resulta que tras tanto bandazo buscando espacios donde el sonido no sea una mierda, haya hueco para más de 50 personas y «el ruido» no moleste a los vecinos, Baltimore ha dado con este sitio inhóspito, a 10 minutos andando de una parada de Tram, que yo, al menos, siempre había asociado a perturbaciones de botellón postadolescente.
Pero no. Al menos, de momento, una vez al mes, vamos a poder ver en directo a bandas como Cala Vento. El dúo no entra entre mis descubrimientos de la noche, porque ya habían pasado por estos lares algunas veces. Eso sí, entre asientos, falta de cerveza, pandemias y otras zancadillas, creo que nunca habían dado un concierto tan completo como el que nos regalaron el sábado.
Seguramente, tenga que ver, que con las canciones del «Casa Linda», uno de los discos del año, redondean un repertorio que ya apuntaba buenas maneras. Lo que unido a que Joan y Aleix han depurado la técnica de armonizar voces en este acumule de experiencia de los, ya, 9 años que llevan alegrándonos ratos, derivan en un directo contundente de dos, que ya quisieran algunas megabandas, que ni con 4 o 5 componentes, llenan tanto, como lo hacen este par de satélites.
Ayuda que el público vaya a disfrutar el concierto. Que se respire ese aire fanático que los festivales y los conciertos gratuitos han enfangado de mala manera. Y todo hay que decirlo, que nos habíamos pasado la tarde contentando a mi hija y a mi sobrina viendo el esperpento de la puñetera Luli Pampín en la Plaza de Toros.
Eliminar el rol de progenitor responsable, ayuda a ver las cosas con la perspectiva que los parques y el olor a dodot te arrebatan de cuajo. Eliminar esas capas, haciendo pogos, o vaciando tercios de cerveza, evidencia que uno no se hace viejo porque cumpla años, sino porque nos volvemos permisivos, quitándonos tiempo de escucha de Cala Vento, para cedérselo a Luli Pampín y mierdas de ese estilo. O porque en lugar de discutir si es mejor «Fruto Panorama» o «Balanceo» estamos decidiendo qué papel poner en la pared o qué lámpara hay que comprar mañana.
Aunque a veces se nos olvide, ser padres-madres, no está reñido con pasárselo bien. Y si algo colma la parte sibarita de compartir ratos como los de antes, el «equilibrio», no requiere de «ferraris», ni de «23 de semanas en el pueblo más pequeño de Aragón». Basta con recordar que me gustaba compartir mi tiempo con «gente como tú», que para variar te enteres de que ni el mar, ni las estrellas han cambiado de lugar, aunque igual, contradiciendo la letra de la canción, movernos tanto de nuestra zona de confort, nos ha hecho perder la paciencia y ver las cosas como no son. No a nosotros, sino a un alto porcentaje de gente que como tú y yo, hizo cola para comprarse algo que le recuerde el lunes, que la vida es esto. O que estas cosas son imprescindibles para tener vida.
Es curioso que esta maravillosa noche de pogos y descubrimientos, acabara con, seguramente, una de mis canciones favoritas del año: «conmigo» en un paseo de vuelta a casa con un sabor de boca parecido a la luz que el tiempo impide que entre en el presente.
Siguiente parada… QUIQUE GONZÁLEZ.
- Día. 16 de diciembre, sábado
- Hora: 21.00h
- Lugar. Magma (Alicante)
- Entradas: 25€ COMPRAR
PD: Mención especial, para un vasco como yo, merece que (sin chuleta) el euskera de «Passar pantalla» fuera tan preciso.
Deja una respuesta