- Los problemas están para resolverlos
- ¿Y cómo se resuelven el 99% de los problemas?
- Hablando
El periodismo está en pleno proceso de reinvención, una fase que, más o menos, coincide con lo que está «sufriendo» la cultura alicantina. La transformación requiere tiempo, pruebas, gente que se moje y, sobre todo, mucho diálogo. De ahí que los foros de debate tengan una importancia capital en el desarrollo de determinados procesos.
Hace un mes, Antonio Sempere inició, en la SEU de Alicante, una ronda de mesas redondas, con el chequeo de la cultura Alicantina como trasfondo. Tras poner a las claras la situación del teatro alicantino, el segundo capítulo tuvo lugar ayer con una radiografía de la realidad de los medios de comunicación online de la ciudad.
3 implicados, Alicante Live Music, Alicante Mag y Lo Blanc, hablaron de su día a día, de los problemas que sufren, de lo que cuesta financiar un proyecto de comunicación, de las líneas que han seguido, de lo que han tenido que cambiar… Ante unas 25 personas dispares, se generó un debate sobre la necesidad de dignificar la difusión en la cultura. Esto es una pescadilla que se come la cola en la que artistas, programadores e instituciones tienen un problema (llegar a la gente) que sólo nosotr@s y nuestra influencia, o nuestro alcance, pueden resolver.
¿por qué entonces no recurren a nosotr@s? Primero, como decía Natalia (del Freaks) porque no hay dinero, (o quizá no se invierte bien el que hay) segundo, porque algunos se han quedado estancados en el siglo XX y siguen gastándose dinerales en promocionar sus eventos en la página contigua a las necrológicas del periódico con más tirada o en una revista que ya no leen ni en la peluquería. Tercero porque la provincia de Alicante está llena de funcionarios y políticos que cobran de la cultura, pero que, irónicamente, pasan de la cultura. Y cuarto, porque hay un empecinamiento bárbaro en minusvalorar el trabajo que hacemos ignorando nuestro alcance, nuestra influencia y, sobre todo, nuestra profesionalidad y las horas que dedicamos a llegar a la gente que ellos no llegan.
¿Imagináis que a un fontanero, aparte de su trabajo, se le exigiera pasar diez horas semanales en un banco vendiendo hipotecas, cinco haciendo política en cuatro Ayuntamientos diferentes, 8 haciendo cuentas y 12 haciendo de abogado en un juicio sin jurado? Pues esa es la vida del periodista del Siglo XXI, una mezcla entre comercial, lameculos, fotógrafo, escritor, contable, mago, insomne… y pobre.
Es curioso que con lo que le gustan los números a los políticos, ninguno se atreva a arriesgarse a gastar 60€ en intentar difundir su programación cultural. Más curioso aún es que un director de Teatro no busque fórmulas para vender más entradas, o para renovar el público que acude a ver las obras que programa. No extraña tanto, pero debería, que el entramado cultural viva de espaldas a la realidad de miles de personas que ya no compran periódicos, los que usan sus redes para enterarse de lo que pasa, las 100.000 almas que cada mes hacen click en nuestra agenda, nuestras recomendaciones, nuestros artículos o nuestras crónicas.
Da igual lo que vendas ¿prosperidad? ¿imagen? ¿entradas?… el camino más fácil para llegar a tu objetivo es invertir en difusión. Pero claro, tú eres muy profesional y nosotros no. Lo tuyo requiere tres máster (de Casado) y una oposición y nosotros nos hemos chupado el dedo ¡No te jode!
Eso sí, nos exigen el máximo de calidad, cuando en cuatro años hemos tenido que enseñar la importancia de las RRSS, de la cartelería, de las notas de prensa, de las fotos de calidad, de los dossieres explicativos… en 4 años hemos puesto en el mapa cientos de negocios que ni nos han dado las gracias, hemos promocionado a decenas de artistas, vendido el nombre de Alicante alejados de toda esa mierda corrupta que los que ahora no nos pagan han contribuido a generar. Hemos fomentado el comercio, el turismo, el civismo, la educación y la cultura. Hemos tenido que renunciar a una parte de nuestras vidas, nos hemos muerto de hambre, nos hemos gastado nuestros ahorros, hemos perdido colaboradores a los que no hemos podido pagar.
En cuatro años no ha habido una sola llamada preguntándonos cuánto cobráis, a cuánta gente llegáis… no, hemos tenido que ir puerta por puerta, llamando, yendo a espectáculos a los que los que sí que cobraban por «difundirlos» nunca acudieron, hemos sufrido humillaciones varias, descréditos, críticas…
Las dos horas de ayer se quedaron cortas, y aunque se dijeron cosas muy interesantes, faltó mucha gente que debería haber escuchado las demandas de María, Juanjo y el público asistente . El que sí estaba Paco (del añorado alacalle.com) evidenciando el error generalizado de que en esta ciudad se tiende a valorar las cosas cuando ya no están. También María Cortés del Arniches tomando notas de las cosas a mejorar, Natalia del Freaks, Luis Amat y Claudio H, como artistas, público habitual de funciones de teatro y conciertos, Ana Smaz… es obvio que hay mucho camino por recorrer, y también es evidente quién quiere recorrerlo y quien está acomodado en su mierda estancada.
El periodismo cultural es un bien social, una necesidad, un servicio público que crecerá a medida que artistas, público y consumidores de cultura, en general, vayan entendiendo que la difusión es un eslabón más de esta cadena que estamos construyendo. Casi tan importante como el espectáculo en si, como la anticipación o como la necesidad del consumidor de saber lo que se va a encontrar, el dónde, el cuándo y el porqué.
El problema es que a veces, no hay tanto tiempo para sobrevivir como los acomodados que cobran un sueldo fijo todos los meses piensan.
Mientras tanto, seguiremos currando 60horas a la semana y buscando debates como éste en el que, al menos, cuatro o cinco interesados en que esto funcione, nos escuchen. Mientras los que manejan presupuestos millonarios no entienden que hay inversiones necesarias que deberían plantearse hacer si realmente están interesados en vender algo más que jarana y mediocridad.
Pd. Un placer compartir espacio de difusión con compañeros tan competentes…
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