Todo empezó con un pequeño experimento llamado pony bravo; nos acabábamos de mudar al Barrio y nos sentíamos extraños en esta nueva ciudad: sin amigos, sin la pertenencia al sitio a la que estábamos acostumbrados… hasta que llegó aquella noche que nos cambió la vida; de repente, tras un conciertazo del grupo sevillano, acabamos en la Ambrosía rodeados de una nueva familia con la que aparte de la música, compartíamos valores, aficiones culinarias y amor por los dulces vestigios de la nocturnidad.
Tras una primera agenda para hogueras, comprobamos que esta provincia estaba plagada de grupos y salas de conciertos, lo que nos hizo pensar que el problema debía estar en la mentalidad de la gente, o en las instituciones Por lo que tras darnos un tiempo para ir a algunos conciertos a observar en qué ámbitos nos íbamos a mover, nos decidimos a empezar por todo lo alto con las crónicas del low festival para, de paso, disfrutar con directazos como los de Belako, León Benavente, Vetusta Morla, Oso Leone, LOL, We have band y, claro, darnos a conocer.Después nos dispusimos a conocer los locales, nos movimos por las sesiones jam del jaleo, el pirata, el Freak´s, la sala babel… con nuestro amigo Christian, al que echamos mucho de menos desde que se fue a Uruguay, hicimos la crónica de nuestro adorado Ramón Rodríguez en la Stereo, descubrimos la magia del Unbuendía, al que hace unos días dijimos adiós, con aquel inolvidable concierto de Paco Neuman, dijimos adiós a los barcos de la Volvo ocean race degustando el que luego consideraríamos el mejor disco nacional del 2014, «la deriva» de Vetusta Morla.
La luz de la Stereo nos alumbró en noches como la de los estrenos de los nuevos discos de Aardvark asteroid y Versos rotos, o cuando le descubrimos belako al melómano que más admiramos, lo pasamos «suuuuuper» con las locuras de bigott, repetimos buen rato con los Limboos, bailamos desbocados con MFC Chicken, celebramos el cumpleaños de Santa Leonor, junto a Movidas ardilla, producciones Baltimore y un fulgor de moda antónima, los precursores de casi todo.Tampoco olvidaremos nunca el puntito «Nunca jamás» del Unbuendía y lo que sentimos en el jardín viendo a Fernando Alfaro, el estreno mundial de las efímeras de Matellán, la foto con el Sr Nadie,…
Muchas gracias a tod@s los que hacéis posible esta ilusión, en especial a Victoria Lennon, a María, a los miembros del club fanegas, a los músicos, los locales, los «simples aficionados»… y a tod@s l@s que hacéis posible esta pequeña gran locura 😉












Buenísimo el post. Saludos.