El volumen, con una tirada de 400 ejemplares, se ha elaborado a partir de los originales de la colección privada del investigador hernandiano Aitor Larrabide
La Casa Bardín ha acogido esta mañana la presentación del facsímil de El gallo crisis, revista literaria dirigida por Ramón Sijé y en la que colaboraba Miguel Hernández. El Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert ha editado el volumen, con una tirada de 400 ejemplares que reúnen los seis números publicados entre 1934 y 1935.
La edición de El gallo crisis se publicó en cuatro entregas, ya que dos de ellas –la tercera y la cuarta- recogieron números doble. Asimismo, cabe destacar que el facsímil se ha realizado directamente a partir de los ejemplares de la colección privada de Larrabide, investigador hernandiano que firma además la introducción a la edición. Como novedad respecto a la publicación facsímil que se editó en 1973, la obra del Gil-Albert reproduce la revista a tamaño original e incluye un suplemento a uno de sus números con una separata de José María Quílez y Sanz titulada ‘Pasión y compasión en el concepto de propiedad’. Asimismo, reproduce completa una página que quedó parcialmente censurada en los años setenta, omitiendo entonces una crítica que Sijé realizó a Ernesto Giménez Caballero.
El gallo crisis surgió para aunar distintas tendencias culturales de los años treinta en Orihuela. Sin embargo, no tuvo voluntad localista sino que buscó una trascendencia mayor, lo cual se aprecia en su temática y contenidos. “Recogía el ideario católico y nacional de Ramón Sijé, el cual conectaba además con el pasado español del Siglo de Oro, de ahí que tuviera cabida en sus páginas la simpatía por expresiones literarias como el conceptismo y el auto sacramental”, ha explicado Asencio. Aparte de la venta individual, también se vendía por suscripción, pero por otro lado los editores regalaban números a quienes no podían adquirirlos.
El hecho de que Miguel Hernández, que en el momento de editarse la revista ya había publicado su primer libro Perito en lunas tuviera una asidua colaboración en la misma y la circunstancia de que su director fuese Sijé, quien murió a fines de 1935 y a quien dedicó el poeta su famosa elegía, ha suscitado siempre el interés de expertos e investigadores por esta publicación.
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