A diferencia del estruendo al que estamos acostumbrados, allí se respiraba sosiego y respeto. Para ser la primera vez que se subía al escenario, a Rapazzoul y sus dos compinches se les veía bastante sueltos. Y lejos de amilanarse con los típicos fallos de los estrenos, se crecían al son de unas bases, con el sonido bajito, sobre las que el rapero recitaba sus versos, con la ayuda inestimable del rubhio.
La estética era de rapero, sí, pero las letras que salían de su boca, poco tenían que ver con la descripción que las encuestas hacen de los adolescentes y con ese prejuicio con el que nosotros, mismos, habíamos ido a aquel pequeño local.
Con el agua como único combustible, hipnotizaron a sus vecinos y a sus compañeros de colegio, desgranando un repertorio en el que si te parabas a escuchar, podías extraer pequeñas lecciones que, los que les doblamos la edad, no habríamos catequizado mejor.
Nos abrieron de par en par sus pensamientos: la forma en la que viven la crisis, la importancia que para ellos, también, tienen la familia y los amigos, la poca credibilidad que les transmiten los políticos, lo importante que es para su educación alejarse de los estereotipos con los que se empeñan en definirlos… en definitiva, un mensaje ilusionante para todos esos membrillos que piensan que este país no tiene futuro.
Y para nosotros, también, hubo una regañina en forma de esa lección que, aunque nos esforzamos, nos cuesta tanto aprender: la de no prejuzgar; Aunque si no lo hubiéramos hecho, es posible que no hubiéramos disfrutado tanto, el hecho de regresar, circunstancialmente, a ese principio del que todo parte, ése en el que los viejos aprendemos lo que los jóvenes nos tratan de enseñar.
Como muestra, os dejamos un botón del talento de estos chicos:
Disfrutamos mucho de la velada poético-rapera y más aún de tus sabias palabras
Disfrutamos mucho de la velada poético-rapera y más aún de tus sabias palabras
muy grandes!!!!!
Disparos certeros siempre.
Fue genial y emotivo,por q es algo fuera d lo normal. Adelante continuar