4.3 grados en la escala Richter… dicen que el epicentro estuvo en Torrevieja, pero quizá más que un movimiento sísmico, lo que vivió Alicante, como provincia, fue derivado del intenso movimiento cultural que hemos tenido este fin de semana.
Los focos han sido diversos: El Fuzzville en el Albir, el Festival de Blues en la Cigarreras, el Photoalicante y su conexión con los viandantes, la vida de los mercadillos con el buen tiempo, la música sonando en La Nucía, El Campello, Torrevieja, Orihuela, Pedreguer, Sant Joan, Alicante, Elche, Elda… las 50 propuestas escénicas, el Unicomic, el Suspiria Fest, el éxito de la Poetry Slam… y se avecina más movimiento con la Feria del Libro, el nuevo festival MOVA, el ArtEnBitrir, Mutxamel Street Market, el concepto Cultur-Glub, más conciertos, más teatro, más literatura, más planes con niños, más exposiciones…
Esta tierra no está acostumbrada a esa actividad, a este movimiento, al seguimiento de una mayoría de ciudadanos que van despertando del letargo. Los guiris colapsan nuestra bandeja de mensajes preguntando qué pueden hacer, las Redes sociales de los Ayuntamientos han cambiado el parte metereológico por una enumeración semanal de actividades de Ocio y Cultura, cada vez hay más bares programando conciertos, microteatros, monólogos, performances. Y acaba de llegar la primavera y el sol que hace que, burocracia al margen, los parques, las plazas y todas las esquinas sean potenciales escenarios improvisados.
Los titulares hablan de temblor sísmico, pero la agitación real la provocó la cultura. Un meneo que gana adeptos, que genera vida y rescata del letargo a las mentes paralizadas.
Agárrense que la primavera cultural ha llegado a Alicante…
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