Vuelve el ALC Videoart. Del 31 de agosto al 4 de septiembre, la fusión entre el arte clásico de la pintura y los nuevos recursos tecnológicos audiovisuales se desplegara en el kilómetro y 400 metros que separan físicamente el MACA de Las Cigarreras.
Alicante es un generador de locuras culturales. Si se trata de innovar, somos una puta potencia. Y eso que, en muchos casos, falta presupuesto para transformar las ideas en hechos. De ahí que muchos proyectos parezcan un experimento que reclama la atención del público apollardao que no sale del pop regado con alcohol y postureo.
Desde fuera, es obvio que la pandemia le ha venido bien a espacios que estaban viciados, o eclipsados, por las teorías comerciales del consumismo cultural. Y, la verdad, es más lógico entender Las Cigarreras como un laboratorio cultural, o el MACA como un centro de exposiciones que no más que competir con los grandes museos: debate, reivindica lo local y mezcla esculturas y cuadros con otras fórmulas audiovisuales, electrónicas, precoces o locas.
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