La radio, esa amante sigilosa que se mete en tu cama. El despertador sin estridencias (ni sobresaltos), una «última hora susurrada», el descubridor del continente perdido, el medio de locomoción más veloz, la experiencia imaginada, el entretenimiento, la fantasía del niño que llevas dentro, la onda que se pierde en tu oído, las ganas de bailar, el fondo de la Banda sonora de tu vida, el podcast, la cocina de tu madre, la habitación de tu abuela, el campo sin televisión, la respiración contenida, el 11S, el 11M, el cambio de dial, los viajes amenizados, la tertulia, la entrevista, la merienda, el desayuno y la cena, la primera voz cuando te levantas, el último susurro cuando te acuestas, el gol de Iniesta (y el de Torres), la risa, Carmona, Bueno, Farzi, Lenden, Virginia, RJ, Ródenas, Gabilondo, Francino, Del Pino, Gallego Leyre, Carlos Llamas, Iker, Julio Ruiz, Diego Manrique, Vega Baja Radio, Artegalia, Katherine, Lydia, Carlos, Ainhoa y Alberto, Súbete a mi nube, UMH escuela de Rock, Corrientes circulares, Hablar por hablar, Carrusel deportivo… en definitiva, la vida escuchada y el fondo que hace que nunca me haya sentido sólo.
¡Feliz día de la radio!
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