Volver a casa sin haberte ido, ser profeta en tu tierra y llenar la sala con más historia de tu ciudad. Rodearte de amig@s, contagiarles tus dudas, tu año de grabaciones en el estudio, tu historia cantada y, sobre todo, tu felicidad, que compartida, normalmente, suele saber un poco mejor.
No faltó nadie, ni su padre, ni su madre, ni su novia, ni su tío, ni su productor (que es casi como una novia), ni la mitad de ivanitas, ni el resto de amigos, ni la representación de la asociación de cantautores, ni la gente del coro, ni los sueños perdidos de Puentegramas, ni los inminentes anhelos del Alacant desperta, ni la típica envidia alicantina, ni el chovinismo, ni la mandanga. Todos allí, para ver al artista antes conocido como Billy, que ha decidido hacerse mayor, afeitarse la barba y desnudar sus vivencias en un disco de 12canciones llamado #TuMiFelicidad.
Con él y su guitarra bajo el brazo, Iván Serrano viajará por Madrid, Cartagena, Pamplona, Valencia, Alicante, Murcia, Barcelona, Bilbao… y un montón de tierras habitadas por loc@s, iones, protones, neutrones en movimiento, que generan eso: lo que atraemos, que no es poco.
No había alfombra roja para el estreno, pero sí un escenario más propio del club de la comedia, con su tigre, sus neones azules, su piano bajo uno de los focos, dos micrófonos, mesas de cabaret como platea… y, claro, La típica impuntualidad alicantina, más cercana al horario canario que al del resto de la península. De ahí que casi fuera medianoche cuando el artista y su pianista, Daniel Catalá, regeneraron la energía del Clan (cabaret).
Con el primer aplauso, Iván Serrano sacó a relucir su condición prolífica y mezcló agradecimientos con monólogos sobre el cómo y el porqué de las canciones, los días previos, sus problemas de garganta…
A mí que, personalmente, no me gustan ni el ska, ni las cumbias, agradezco la parte intimista de esta carrera en solitario. Creo que el señor Serrano luce más cuando aparca la modestia y se centra más en la poesía de canciones como «dejaré» o «Palestina». Pero está visto que en Alicante su público exige otras cosas, ya sabéis: para gustos, las canciones. Y así, una detrás de otra, descubrimos como suenan en directo todas los temas de TumiFelicidad, desde el «parará» de «encontré» hasta el sonido cabaretero de «Berlín», pasando por nuestras favoritas: «sobreviviré» y «al dejarlo de intentar».
Después hubo un descanso, para que como las buenas vedettes, Iván se cambiara de piel y sacara el mestizaje de la mandanga con un punto de partida dedicado a los malfollados: ¡qué te follen!, un guiño a los locos, y locas, presentes y un adiós en forma de aplauso que debe compensar todos los avatares de una larga grabación y cargarte de fuerzas para emprender esta bonita aventura resumida en un cartel:
y un disco:
Sala Clan Cabaret dice
Buena crónica (otra más), Jon: bien escrita, ajustada y justificada. Como debería ser. Solo una pequeña puntualización sin mayor importancia: es cierto que nuestros eventos suelen empezar con unos 15 o 20 minutos de retraso (la verdad es que eso de la impuntualidad, así en general, sería materia para varios posts), pero nos gustaría aclarar que el gran retraso del otro día tenía una pequeña justificación: por error, Iván Serrano/Billy Mandanga había dicho a muchos de sus amigos y allegados que el concierto empezaba a las 23:30, y no a las 23:00 como en realidad estaba programado. De ahí que, de acuerdo con el artista, decidiéramos retrasarlo hasta esa hora, e incluso un poco más allá, para dar tiempo a todo el mundo a llegar. Bien es verdad que podríamos haber anunciado tal circunstancia a micro abierto y no boca a oreja como lo hicimos. Tomamos nota para mejorar eso, como tantas otras cosas…
Todo esto, claro, sea dicho con todo el cariño del mundo, solo por aclarar un poco los motivos de tanto retraso.
Aclarada la cuestión, ¡larga vida a este blog, carajo!
Jonn López Dávila dice
Claro, es una costumbre, lo hacemos en plan jocoso (lo de meternos con el horario alicantin) porque aquí estamos acostumbrad@s,pero cuando hay público de fuera: Murcia, Valencia… Les suele extrañar 😉