Toda libertad tiene sus cimientos en la expresión… se puede ser feminista sin tener vagina, pero en los aledaños, y en los días postreros, del 8M, uno duda si muchos machos alfa han entendido que en la desventaja de no haber tenido libertad para expresarse, está el futuro que las mujeres deben escribir, de otra manera, solas y como dice Anita Antón: con mucho amor, mucha paz… y arte, añado yo.
En las proclamas de una manifestación hay mensajes concretos, pero más allá de una pancarta, el arte puede ser un buen conductor de experiencias, necesidades, frustraciones y alegrías. No hace tanto que mi abuela estaba sometida a un silencio, al color negro de la viudedad, a evitar la excitación, el sonrojamiento, a esconder sus convicciones, o sus capacidades para componer, tocar el piano o dibujar.
Por suerte, hay nuevas generaciones que ya no saben de qué va eso. Algunas hasta se permiten el lujo de elegir libremente un velo en la cabeza, votar a Vox, o cosas que no van, precisamente, en favor de la evolución ya no de los derechos, las libertades o de la igualdad, sino de la acción que deriva en la diferenciación positiva de lo que es y expresa una mujer de hoy.
Aunque pueda parecer una obviedad, habrá quien pensará que es exagerado. Pero ver lo que ha conseguido Rigoberta Bandini con su «ay mamá», o lo que siento cuando Anita Antón y Yaike cantan la letra de «Eva», o cuando alguien teje una bufanda de lana, no porque no tenga una cosa mejor que hacer, si no porque le apetece, uno piensa que, es posible que mi hija viva en un mundo mejor que el que pisaba mi abuela.
Que haga lo que quiera y se exprese como le dé la gana. Aunque sea inevitable que se cruce con gilipollas retrógrados, trataremos de educarla en la convicción de que por la libertad hay que luchar. Pero de eso, ya se dará cuenta, porque esas cosas no se aprenden en el colegio. De hecho, requiere de espacios llenos de gente guapa, como el Tumbao, el pasado sábado.
Una JÁMTRICA en la que la sororidad y el empoderamiento, no se discute. Se canta, se recita, se bebe y se comparte. Como podéis ver en el vídeo que nos regala hoy Vicky Montáñez:
Esperamos que ni pandemias, ni guerras, ni nada, impidan que cada mes, esta experiencia libre se repita y que el Tumbao, como pasó el sábado, se siga quedando pequeño.
Deja una respuesta