La primera toma de contacto es muy curiosa. No es lo mismo conocer a una persona por la calle, que ver por primera vez a un desconocido que durante 11 días va a ser parte de tu familia.
Hoy viene fuerte el viento de Poniente y no podemos salir del puerto. Así que hemos aprovechado para hacer una primera charla introductoria y concienciarnos de que las comodidades quedan aparcadas cuando el barco empieza a moverse.
En el grupo hay suizos, alemanes, franceses… así que los horarios, más que mediterráneos son europeos. Estar tan cerca del EQUINAC, donde pasé 10 años, me ayuda a entender mejor su ansia de tocar y esa felicidad que uno siente cuando contribuye a algo y se siente útil.
Tenemos que acostumbrarnos a convivir. Conocernos. Les explico de qué va cada cosa, cuál es el fin de los datos que recopilamos, hemos organizado un catálogo de fotoidentificación. Pero no me ha hecho falta explicarles cuál es el espíritu del Toftevaag. Eso lo han entendido en cuanto el barco se ha empezado a mover.
Alexander Sánchez Jones.
Deja una respuesta