Uno de los mayores déficits de la cultura alicantina es la falta de apuestas inequívocas por la formación. Hay buenos actores y actrices, guionistas, escenógrafos… pero faltan espacios que hagan de la experimentación y las sinergias, una composición, una mejora de prestaciones o una acumulación de experiencias que hagan de la calidad una bandera, que todos podamos ondear, aquí, y más allá de las fronteras de la Comunidad.
Como no abunda el éxito de estas propuestas, es noticia que de La Tramoya salgan cosas como «Lágrimas Negras», que se estrenó el pasado sábado en Las Cigarreras, bajo la dirección de Adrián Mazón.
El cierre del Alacant a Escena 2022, es un drama donde se refleja la situación dramática de una familia alrededor de una mujer que lo ha perdido todo a causa de la amnesia. Un tema muy duro que La Tramoya ha conseguido comunicar sobre las tablas a través de una historia de amor, desamores y la locura del personaje de Míriam representado por Sara Peña.
El elenco está formado por la propia Sara Peña, Antonio Parra, Kike Gasu y Fede Romero. Actores profesionales de Valencia, Murcia, Crevillente y Alicante. Con la regiduria de Marisol Moreno y todos bajo la dirección de Adrian Mazon. La compañía retomará en febrero la gira por la provincia y ya está preparando su siguiente proyecto donde quiere convocar un gran casting el próximo verano en Alicante.
Conexión, trabajo, dignidad, autofinanciación, independencia y muchas cosas que nacen de una pequeña escuela ubicada en la Calle Pradilla, de Alicante, que intenta que la profesión tenga cabida, salida y estabilidad.
Parece simple, pero es una lucha interminable, un trabajo que tiene como premio un auditorio lleno de gente que paga 15€ y termina aplaudiendo, no la hora de espectáculo, que también, sino todo el trabajo que hay por detrás y que esperemos que tenga continuidad, porque Alicante y sus profesionales del teatro, lo merecen.
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