El nivel de guarrería de algunos ciudadanos supera los límites de toda lógica. Entre burros, negacionistas e ignorantes, la provincia de Alicante acumula una cantidad de mierda que debería hacernos reflexionar.
La última evidencia de esta falta de civismo es la aparición de restos de toallitas en el mar. Para que los de siempre no duden de las consecuencias de sus actos, aquí os dejamos una imagen que no deja lugar a dudas.
Las toallitas húmedas, aunque parezcan inofensivas, pueden tener un impacto devastador en nuestras infraestructuras de saneamiento. La repetida práctica de desecharlas por el inodoro puede resultar en roturas de bombas de depuración y vertidos desagradables. Es fundamental recordar que nosotros mismos creamos el problema al ignorar las consecuencias de nuestros actos.
Además, es crucial exigir una mayor transparencia informativa por parte de las autoridades y las empresas concesionarias. Con un litoral cada vez más concurrido, cualquier residuo puede ser descubierto por nadadores y usuarios, generando crisis virales en las redes sociales y dañando la reputación del entorno costero.
El cuidado del mar no solo es una necesidad, sino también una responsabilidad ambiental. En una comunidad que depende cada vez más del turismo, la preservación de nuestras aguas limpias es crucial, no solo por razones económicas, sino también por un compromiso con el medio ambiente.
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