Desde que Nuria Roca declaró que tenía una relación abierta con su marido, el amor ha adquirido una dimensión distinta en este país de debates de twitter. Polémicas al margen, la pasión es un sentimiento que rara vez dura más de una noche, a lo sumo: dos. A partir de ahí, la imaginación entra en juego y, una vez en esa fase, los límites no existen.
Algo así es lo que «Mirta y Bob» (Vera Lebron y José L. Beltrán) escenifican en una obra que no deja indiferente a nadie. Vertiginosa y generadora de todo tipo de pensamientos y fantasías, el dúo encarna a un matrimonio hastiado de la rutina, que va más allá del misionero y todas las mierdas establecidas por el comportamiento tipo del ser humano. Y dejando al margen las pamplinas, y las fobias, experimenta en sus carnes la voracidad y las decepciones derivadas de las expectativas de un cambio, que nunca llega a satisfacerte del todo.
Y ahí, entre el conformismo de las parejas eternas y las personas que nunca supieron estar acompañadas, está el público. Callando su perversidad, participando en la treta de un ménage à trois fingido, o definiendo, con casi una hora de argumentos, la particular versión del amor que tenemos cada uno.
Si dudáis de que el talento sigue fluyendo en esta ciudad. Las siguientes representaciones de esta obra tendrán lugar el viernes 17 en el Taller Tumbao y el 24 en El Sótano Coworking. El resto de la programación de La Sala Itinerante: AQUÍ
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