Tergiversar es el infinitivo de moda en Alicante. Resulta curioso como una gran parte de la población se traga a pies juntillas mitos no confirmados como que «Las Hogueras generan no sé cuantos millones de votos» o como algunos políticos se pliegan a determinadas «necesidades» de la Mafia que controla las fiestas de esta ciudad.
Aunque nos traten como paletos, cada vez hay más ciudadanos que piensan por si mismos y que se indignan cuando salen a la luz informaciones a medias protagonizadas por un Edil de Fiestas que sale a una sala de prensa a decir que: «se acabó la picaresca en los racós y las barracas«.
Sí, van a solucionar el pirateo de subarrendar determinados espacios, pero ¿y la picaresca del botellón encubierto? ¿Y la picaresca de dejar para después de las fiestas el lamentable estado de la Fuente de Luceros? ¿y la de joder a la mitad de la ciudadanía bloqueando garajes, portales y sin limitar el ruido y los horarios de racós vacíos?
Por no hablar de la omisión interesada del movimiento cultural emergente en la ciudad en las fiestas, de quién limpia la suciedad que estas generan, de por qué hay tanta restricción burocrática para determinadas propuestas y para todo lo fogueril hay «barra libre». Y ya que estamos ¿Merece la pena gastarse lo que se gasta el Ayuntamiento en 6 días teniendo en cuenta las necesidades que no se satisfacen en aspectos tan importantes como la cultura, la educación o la limpieza?
Pues eso, que no somos gilipollas. Y que titulares grandilocuentes como «la mayoría de alicantinos quieren que se celebren las Mascletás en Luceros» es una tergiversación de: «los foguerers prefieren que los petardos se tiren en Luceros aunque corramos el riesgo de perder uno de nuestros monumentos más significativos». U omitiendo que, históricamente, las mascletás se hicieron, sin problema en La Plaza de España, en la Rambla, en Campoamor o en la Plaza del Mar, lugares donde no generan ningún tipo de problema a estructuras míticas como la de Daniel Bañuls. O pasando de estudios técnicos que evidencian la temeridad del peligro de detonar las cargas de pólvora de las mascletás tan cerca de la fuente y que los cajones que ponen no sirven absolutamente para nada. «Ya lo arreglaremos después de las fiestas» – dicen – con todo el morro del mundo.
Ojalá atendieran con el mismo ahínco a la mayoría de alicantinos que demandan cultura, limpieza, asfaltar los boquetes de determinadas calles, que las fiestas se abran a todo el mundo (y que se modernicen) o que se faciliten los trámites de dar vida a lugares, en vez de enrevesar el hecho de conseguir un permiso para algo requieriendo diez máster (como los de Casado), días enteros y unos cuantos billetes.
Por cierto, a ver si el aplaudido despliegue policial de Santa Faz y el tardeo, se pasa por Alfonso El Sabio a requisar palometas, multar a los guarros que tiran latas de cerveza por todas las calles, a medir con la minuciosidad que calibran los 80 decibelios en los conciertos que se celebran en los bares de la ciudad, mientras en los racós hay reggetón al volumen que les da la gana… y ya que están, que se den una vuelta por las mesas tapadas a pedir carnés a los adolescentes que hacen botellones encubiertos.
No. Ni todos los alicantinos somos gilipollas, ni a todos nos gustan las Hogueras (tal y como nos las presentan), ni todos aplaudimos a pies juntillas chorradas tergiversadas y noticias a medias. De hecho, con tanta patraña, están consiguiendo que esa mitad que hasta ahora se limitaba a huir, empiece a quejarse y a plantear supuestos que quizá dejen en evidencia algunas cosas más de las descritas en este artículo.
Continuará…
Francisco San Martín dice
El ruido de la música, petardos, etc en todas las calles es insoportable hasta altas horas. No importa si hay enfermas, personas que madrugan para trabajar al día siguiente. Esto es una imposición es una dictadura que limita los derechos del resto de ciudadanos .
Si hay alguna plataforma para poner fin a este abuso, cuenten conmigo.
Elen dice
Gran artículo, toda la razón! Protejamos la Plaza de los Luceros aqui también: http://chng.it/ZWBHzR6L
JBrown dice
Creo que más claro no se puede decir. Lo de los recintos festeros clama al cielo. Sin niveles máximos de dB. Así no se puede denunciar nada, no existe la oportunidad de alegar que sobrepasaron x dB. Además yo añadiría el control de los «aseos públicos» en los que se convierten determinadas calles del centro.
Respeto-plis dice
Si hay un límite. Según leí ayer son 90dBs máximo
Respeto-plis dice
Cierto lo que decís. Lo peor es que hace unos pocos años se limitó el que las barracas pudieran estar metiendo ruido hasta las 3 de la madrugada, y actualmente eso ya no es así, y tienen permiso hasta las 4:30.
Lo de los decibelios es de auténticos salvajes. Tener que estar oyendo «por cojones» ya que aunque cierres ventanas, persianas y cortinas, y las puertas del interior de tu casa, incluso llevando tapones para los oidos, no puedes evitar oir el Regetón, el Bakalao, y otras porquerías «musicales», porque el DJ de turno sube el volumen más allá de los 90 dBs permitidos, y que no haya un policía que se vaya pasando por las barracas a controlar todo ésto, demuestra muy poco de la educación de unos cuantos, y de lo poco protegido que está el ciudadano que no comulga con la juerga.
Habría que hacer una recogida de firmas para que se nos escuchara, y finalmente arreglaran éste desmadre… pero…