¡Con dos cojones! Nos habremos quedado sin ver a Damien Jurado, pero el lujo de ver Nosferatu en el cine, ha compensado todas las pegas que le podamos poner a la edición reducida del Atiende Alicante de este año.
La cultura, a parte de divertir, sirve para tentar a los sentidos y a la curiosidad de la gente. Si hace tres años me dicen que el teatro Arniches iba a llenarse para ver una película de 1922 «musicada» por cuatro locos jugando con sintes, efectos y percusiones suaves, me hubiera descojonado y hubiera dado por seguro que el «osado» que se atreviese a tal apuesta, iba a arruinarse.
Pero, por suerte, cada vez hay más ilusos, ilusionados, programando «rarezas» que antes sólo podías ver en Madrid o en Barcelona. Y lo mejor, un centenar de «chalad@s», que se pasan una tarde de domingo viendo una peli en blanco y negro, buscando una estética que no se puede ver en las putas fotos de las influencers de instagram, respirando el olor añejo del cine mudo, los diálogos escritos, el terror hecho imagen, Bram Stoker en versión germana… en definitiva, algo diferente, a lo que Alicante Atiende, o atiende Alicante, que, como diría Kiko Veneno, no es lo mismo pero es igual.
Gracias Adrián, Gracias Miguel, por hacer de una moda antónima, un sinónimo de placer. Sólo faltó un poco de Merchandising de Nosferatu o una tertulia «postpeli» para que el domingo hubiera sido completo. Siguiente cita de las ardillas, en la clausura del Photoalicante. Os informaremos de los detalles y de las futuras citas de esta bendita locura llamada Atiende Alicante.
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