Suena bien que la primera vez que el alcalde de Alicante y el nuevo Diputado general se juntan, lo hagan para hablar de cultura. Entre otras cosas, porque uno de los grandes problemas para la evolución de las artes en Alicante es la titularidad de los eventos, o los sitios donde se celebran estos. Vamos que la foto y el supuesto, valen más que el contenido en sí. Y eso devalúa la importancia de la cultura, de los artistas y de los centros donde se desarrollan las actividades.
Quizá haya llegado la hora de dejar de poner el sello (Ayuntamiento o Diputación) para trazar un plan estratégico pensando en Alicante, sus artistas y los ciudadanos deseosos de ver en que deriva ese boceto ambiguo que ayer denominaron «Alicante Cultural».
Parece que el primer acuerdo es reclamar al Patrimonio del Estado (propietario de la antigua refinería) la titularidad de los depósitos de «La Británica» para rehabilitarlo y convertirlo en un nuevo contenedor de artes. Es un buen principio, pero lo cierto es que si luego no hay un plan serio para integrarlo en una red anárquica como la que ya forman el ADDA, el Teatro Principal, el Arniches, Las Cigarreras, Los Museos… de nada vale.
Por lo visto, el dinero no va a ser problema (a ver si es verdad). Mazón también habla (por fin) de «vertebración en la Comunidad Valenciana», aunque quizá sería conveniente no precipitarse y empezar a edificar el futuro con una red provincial, que ya existe (aunque no esté conectada) con cientos de casas de cultura repartidas por toda nuestra geografía, así como teatros (Chapí, Castelar, Wagner, Río, Calderón, Gran Teatre, Cervantes…), auditorios (Palau Altea, ADDA, el Aula de Cultura, el de Torrevieja, el Centro Social de San Vicente, El Palmeral, el de Denia, el de la Vila ), museos (Marq, Maca, Mubag, Mua, El de la Diversitat, el del juguete de Onil) las Bibliotecas, las iniciativas privadas (Salas, galerías, festivales…).
Con una legislatura por delante, y ya que parecen dispuestos a obviar el sello, estaría bien que las siglas de los partidos también pasaran a mejor vida y todos los grupos con representación supieran llegar a un acuerdo en común pensando en la cultura como un principio estratégico generador de trabajo, comercio, educación, civismo ó turismo.
El mapa a seguir está claro:
- Tener un criterio determinado. Contando con los implicados, no sólo el elitismo habitual. Mientras más impresiones se recopilen, más adaptado estará el plan a la realidad.
- La Calendarización de lo que ya existe.
- Estudiar lo que falta.
- Crear un plan de cultura a medio-largo plazo:
- Pensar en la herencia
- Educar a las nuevas generaciones.
- Invertir tiempo y dinero en fomentar la cultura
- Pensar en los artistas locales
- Pensar en los emprendedores locales
- Buscar inversores que se impliquen en el proyecto
- Darle a la cultura la importancia que tiene
- …
- Distribuir la provincia, por ejemplo, por las comarcas ya existentes, y acercar los diferentes espacios a través de una red de transporte público modernizada.
- Dotarlo de un PRESUPUESTO DIGNO.
- No olvidar la formación y la creación.
- Ponerlo en práctica
Mimbres hay, pero la mentalidad debe cambiar. Ejemplos hay de todos los colores repartidos por toda la geografía nacional, pero si cada semana podemos degustar más de doscientos eventos culturales en la provincia, es que algo de camino hay andado.
Todo es tan simple como creérselo, ordenarlo un poco y dejar que las cosas fluyan. Parece que gasolina (refinada) no nos va a faltar, veremos si, por una vez, el dinero se gasta bien y se actúa con los pies en el suelo y pensando más allá de ombligos, siglas y la limitación de los 4 años que dura una legislatura.
Parece difícil, pero no es imposible.
Deja una respuesta