Carta abierta de Xeco Rojo, con motivo de la suspensión de su concierto de ayer domingo (a las 18.00h):
«Bien, bien, bien… Parece ser que molestamos. Que alteramos el orden del descanso taciturno de los veraneantes en el alejado Nomo Beach Club.
Por favor…en qué cabeza cabe ser responsable de tal incordio. Damos un paso atrás y nos quedamos en casa, sin ir a trabajar. Para que ustedes puedan echarse su siesta de 18 a 20h sin que un rumor lejano musical les altere el biorritmo. Que presupongo es el único ritmo que les visita.
Bien, todo en su sitio. Ustedes tranquilos, nosotros sin trabajar, las personas que quieren disfrutar del verano y de las acciones culturales sin poder hacerlo y los trabajadores de los Xiringuitos echando cuentas para saber si llega a ser o no rentable encomendarse a tal empresa para el próximo concurso.
Gracias por hacerlo tan fácil para su siesta y tan difícil para el resto, que les aseguro somos mayoría (curioso que en una democracia este tipo de mayoría no sirva para nada). Yo me encargo de explicarles a mis hijos qué motivos existen para que su padre no pueda trabajar.
Siempre el descanso silencioso prevalece por encima del ocio cultural, por lo que estoy viviendo estas últimas semanas.
A tope señores políticos y señoras políticas. Hagan uso y análisis del poder que les hemos concedido para equilibrar los acontecimientos. Y no olviden en qué lugar vivimos los residentes y qué preferencias tienen los visitantes.
Si no has entendido una mierda…te lo resumo: HOY NO TOCAMOS EN EL NOMO Y EL DOMINGO QUE VIENE TAMPOCO PORQUE HAY VECINOS QUE VIVEN A 2 Kms DE DISTANCIA QUE UN CONCIERTO DE 18h a 20h LES MOLESTA.»
Si piensas como yo, firma ESTA PETICIÓN
Surrealista
El más difícil todavía. Suspender un concierto a las 18.00h en la playa porque hace ruido. ¿No será animadversión a la música? ¿o al talento local? ¿o al turismo alternativo al chabacanismo que algunos promulgan desde sus púlpitos institucionales? ¿O es que va a ser que un concierto es un acto delictivo? ¿Contra qué atenta exactamente divertir a cientos de personas en bañador?
Porque, en realidad, ruido en si… un kit de percusión sin bombo (y sin amplificar) y un bafle enfocado al mar… es mucho más silencioso que un niño llorando porque tiene hambre, un tardeo con paella en el que como la guitarra se sustituye por un dj con un equipo con el triple de decibelios no hay problema… o que decir de ese denunciante «anónimo» del Campello, al que le molestaban los conciertos del Tontín, pero no sus gritos de balcón a balcón hablando con un garrulo sin camiseta del bloque de enfrente.
El descanso es sagrado, sí, pero el trabajo, también, igual que la diversión, o la rentabilidad de un negocio. Y en este caso, habría que plantearse porqué todos los bares, salas, chiringuitos y negocios privados de esta provincia tienen el mismo problema: un vecino picajoso cuya denuncia vale más que el asueto de cientos de personas, la cultura, el comercio, el turismo y el arte que cada vez tiene menos sitios donde exponerse gracias a denunciantes y políticos/funcionarios/policías que atienden este surrealismo anacrónico de quienes, como dicen todos los administradores de fincas: «merecerían un exilio a un barrio silencioso en el que pudieran aburrirse, amargarse y matarse juntos.
Una de dos, o ignoran estas denuncias, o facilitan espacios a los artistas para que puedan ganarse la vida dignamente.
¿O qué?
Toda la razon Xeco,es muy triste que moleste la musica ,¡¡ horror !!