- Concierto de King Salami & Cumberland 3 y Mujeres
- Día: 24 de marzo del 2018, sábado
- Lugar: Stereo Alicante
- 70% del aforo
Crónica:
Algún día cuando me haga (más) viejo y mis nietos me pregunten: Yayo ¿cómo os divertíais cuando eráis jóvenes? Yo les hablaré de Nikki Hill, de Paul Keith, de Flamin Groovies, los Fleshtones, Jacco Gardner, Florence Whitfield, The Limboos, Protex… seguramente, como a muchos de mis coetáneos les sonará a chino (espero que hereden un mínimo de gusto), pero estos «pequeños lujos» son los que hacen que tu vida tenga sentido.
La última aventura garaGera fue pasar un sábado noche bailando canciones de King Salami & Cumberland 3. Ya hubiera sido la hostia que el cantante de Mujeres, hubiera resistido más de cinco canciones… pero el marisco u otras exquisiteces panochas mal digeridas, tienen estas cosas y esperemos que el power trío barcelonés cumpla su promesa y vuelva pronto, porque nos quedamos con las ganas de ver unas cuantas canciones más del «Un sentimiento importante» , uno de nuestros discos favoritos de «rock» nacional del año pasado.
Con la llegada de la media noche, el escenario, se transformó en un puto anuncio de Beneton. Cuatro tipos risueños asaltaron el decorado con la responsabilidad de cubrir el cupo de dos conciertos que los intrigados presentes habíamos pagado: un japonés, un caribeño loco, un francés y un español es una carta de presentación más propia de un chiste malo que de un grupo londinense, pero al primer ritmo de batería, la energía del frontman, ataviado con un turbante digno de Alibaba y los contagiosos movimientos del guitarrista y el bajista, dejaron claro que iba a ser una noche épica.
Los temas del «Going Back to Wurtville»(2017), colmaron casi todo el repertorio, para la tercera canción el olor a sudor se hizo latente y le cogimos el tranquillo al paso «let´s rock», que aprendimos a bailar con los Sonics o los Easybeats, se nos calentaron a la vez los gaznates y las pelvis… la cadencia acelerada, siempre por encima de las 120 pulsaciones… y poco a poco íbamos acelerado al ritmo al son que marcaba con su batuta de voz «padentro» el Rey salami y sus extraterrestres de la tierra del pepino.
Creo que hasta recuperamos la hora perdida en el tedioso cambio de reloj primaveral… y seguimos bailando, arrodillándonos, despeinándonos con esos botes que solo la buena música sabe provocarte. Hubo tiempo hasta para unos covers, con el «tainted love» de The Four Preps que popularizaron los Soft Cell en el gran 81 y que da título al último EP de este cuarteto de locos que esperemos que no tarde demasiado tiempo en volver a visitarnos.
Las consecuencias de la visita de un rey, de verdad, son heredar un sonrisa contagiosa, y generalizada, un subidón de adrenalina, que ni la mejor de las drogas de diseño puede provocarte, y la sensación de haber vivido un momento único e irrepetible. Eso le diré a mis nietos (si llego a arrugarme): mi juventud fue una acumulación de momentos irrepetibles.
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