La historia se repite. Hace años el Low decidió emigrar a Benidorm y ahora es el Marearock fest el que se va a Elche. Para colmo el «antro» más underground de Alicante, el Ocho y Medio, deja de momento de programar conciertos ruidosos por denuncias vecinales. Ya sólo falta que vuelvan a multar a los músicos callejeros para que la desilusión sea completa.
Tenemos los medios, los organizadores/programadores, la gente, los grupos… pero volvemos a quedarnos sin música. Sin decibelios no hay paraíso, sin festivales como el Marearock o el Low no hay turismo y con el criterio y las trabas (burocráticas y económicas) que ponen los centros públicos, puede que el trabajo de estos últimos años se vaya, otra vez, al garete.
Eso sí, parece que el deficitario festival de Tabarca sí que se hará y otras cosas que nos vamos a callar porque cuando uno está caliente es mejor no escribir más de la cuenta. Menos mal que somos un medio provincial, porque hoy Alicante y sus instituciones han vuelto a decepcionarnos.
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