Autor: Juan Bay
La terrible pureza de la nada, la oquedad en el brocal, el abismo circular, denso, oscuro, profundo en su reflejo final de azogue. La insoportable pureza de la forma de la nube, el hipogrifo de algodón nadando sobre el fondo azul de un cielo de mayo. El dolor de la elipse de la hoja, su clorofila estallando en reverberación con un sol vertical, su ángulo de incidencia.
La elongación de los eslabones de la cadena, la holgura en la tija, el desgaste de la potencia, el engrasado de los bujes, la caja del pedalier y su problemática, el cassette y sus piñones desdentados, la mella en los platos.
Las huellas en la blanda arena, el agua transparente bajo la cual caminas, el frío en el tórax, la piel erizada, los ojos entornados al amparo de la sal, la comisura de la boca dejando escapar un rastro de saliva, los corceles.
El tendón rotuliano, la apófisis mastoides, la horquilla supraesternal, el arco superciliar y el cigomático, la cresta ilíaca, las fosas de la escápula, el maléolo tibial. El tendón de la corva sobre un taburete alto.
El viento sobre el risco, azote de agujas e ideas, trasunto de sus fustas. La visión brumosa del mar y sus archipiélagos; el volcán regurgitando su digestión de fumarolas y cenizas. La resina volátil de los pinos. La dureza del horizonte, curvo. El azul violáceo. El cuello.
Danzad al son de la nada y su perfección, el vacío y su pulcritud. La noche está con ustedes, sus ecos oníricos, sus ruidos minerales, las libaciones paganas, la caterva en sacrificio, el desatino de los débiles, la puntuación mínima para despertar en un adecuado progreso, la morfina laboral, el vía crucis de las teselas cotidianas, el tañido del tiempo en el metal de la vajilla, la desportilladura de los relojes de arena, las espinas de los peces.
Tiniebla trepadora, ya vienes al atardecer. Se te aguarda con recogimiento. Gaviotas. Aroma de algas en algún lugar del recuerdo. La arena quemaba. La exactitud, concisión y belleza de las diagonales de los paralelogramos. La terrible pureza.
(En cursiva, intertextualización del poema de Luis Alberto de Cuenca, A. Persi Flacci choliambi.)
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