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La Comisión Europea ha aprobado hoy una denuncia contra España por el incumplimiento de los límites de Contaminación Atmosférica. Alicante no aparece, aún, en una lista que encabezan Madrid, Barcelona y Granada, por eso, ahora que estamos a tiempo, quizá sea un buen momento para pedir a nuestros ayuntamientos que declaren la emergencia climática y, ya que estamos, también, podemos reclamar a nuestros vecinos un poco de sentido común a la hora de reciclar, usar el transporte público (o la bicicleta) y ser un poco menos guarros cuando vamos a la playa y olvidamos que esas colillas y ese papel albal del bocata acaban en el fondo de ese Mediterráneo que tanto nos emociona cuando escuchamos la canción de Serrat.
A saber:
Llegamos tarde porque la directiva de calidad del aire lleva aprobada desde 2008. Exceder los límites legales de dióxido de nitrógeno, provoca problemas respiratorios y cardiacos. ¿Cómo evitarlos? Usando el coche sólo cuando es imprescindible, que para eso está el Tram, los autobuses y las bicicletas.
Es cierto que, por ley, cada Ayuntamiento tiene libertad para adoptar las medidas que considere precisas para cumplir los límites establecidos de contaminación. En su mano está apostar por el reciclaje, o la depuración del agua urbana, reducir la contaminación acústica y lumínica, ampliar las zonas verdes en el núcleo urbano, alargar la red de carriles bici, restringir el tráfico en el centro de las ciudades… y aún y todo nos quedaremos cortos.
Por eso, hay que arrancar las ideas mal pre-establecidas de los mayores y generar nuevas generaciones concienciadas con la importancia de cuidar el planeta en el que viven, para que no se confirmen los estudios que indican que en 2050 Madrid tendrá el clima de Rabat, o que habrá más plástico que agua en el Mare Nostrum.
El populismo no es excusa y los que aluden a la importancia del cortoplacismo deberían ser silenciados con multas ejemplares, porque su beneficio rápido de hoy, es la polución imposible de eliminar del futuro.
Aquí, no es que seamos un ejemplo de nada, y además llueve poco y hay que ser más minucioso en la toma de decisiones, porque los excesos están perjudicando seriamente, ya, a nuestra agricultura, a nuestras enfermedades cutáneas y respiratorias y al desgaste de nuestras propiedades.
Es una cuestión de justicia social y ambiental. Es la mejor manera de pensar en el futuro. Es una forma de modernizar ideas y comportamientos obsoletos. Es una evidencia científica… así que dejad las excusas y las frases hechas y ayudadnos a tener un mundo un poco más limpio, un poco más agradable, más habitable y heredable.
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