Un año más, el Ayuntamiento de Alicante ha vuelto a meter la tijera en el Presupuesto de Cultura. De los 2.411.176€ del 2018, pasamos a los 1.976.497€ y este año vuelve a haber una rebaja de 200.000€. La decepción está ahí, tras unos meses en los que a Antonio Manresa se le ha llenado la boca diciendo que había que «apoyar a uno de los sectores más castigados» por el Covid-19.
En la práctica todo es diferente. Mientras comerciantes u hosteleros han tenido ya varias medidas de ayuda, el sector cultural sigue huérfano. Desde que el Concejal cambió de asesor, ha habido un reseñable avance en muchos aspectos. Pero, aparte de ayudas puntuales a grupos de música, un acertado cambio de planteamiento en la programación de Cigarreras y la pauta lógica de apartarse para dejar hacer al que sabe, como se ha hecho en el puerto en verano, poco se ha hecho por las empresas culturales de Alicante este año. Y parece que menos se hará en 2021.
Podríamos hacer un análisis de números. Pero en el día a día, por poner un ejemplo, el 85% de las empresas culturales participantes en Impulsa cultura están en la ruina, o al borde de la misma. No hay trabajo para fotógrafos, ni productoras, no hay inversión en difusión (fuera de los medios generalistas que, a la hora de la verdad, de cultura hablan más bien poquito). Los grupos de música, teatro, danza… están desamparados mientras cientos de locales públicos acumulan polvo. Y, obviamente, aunque haya una partida de 200.000€ para un sector del que vivimos cientos de alicantinos, quedan lejos los tiempos en los que las políticas culturales eran públicas y se discutían en el Consell de Cultura, que cumple ya dos años largos sin reunirse.
La excusa de que otras partidas la necesitan más, sería aplaudible si no fuera porque una «enmienda» de Vox, se ha cargado gran parte de las inversiones sociales. En Educación siguen a la gresca contra el binomio Marzá & Celaa, pero en esa transversalidad exitosa que en otras ciudades combina Turismo, con comercio, cultura y educación, aquí encontramos peleas de boxeadores con calzones azules y naranjas. Y desde fuera, surge la duda de si una parte de esa inversión en Turismo, no podría ir a Cultura. Es más, si Cultura tuviera la fuerza que tiene en otras ciudades, es posible que una parte del dinero de infraestructuras sirviera para mejorar las prestaciones de parques y plazas aptas para las representaciones callejeras. Pero, en eso no se piensa.
A veces, más que el dinero, hacen falta ganas. No hay más que ver lo que cuesta conseguir un permiso para hacer algo en esas calles en las que apenas llueve 20 días al año. La programación y las constantes suspensiones de un Teatro Principal sin director-a son la evidencia de que el proyecto «continuista» de Manresa cojea por demasiadas partes. Y, es obvio que aunque comparta partido con las señorita Parra, ha habido poca interacción entre Ayuntamiento y Diputación. De Valencia o Elche ya… ni hablamos.
Como los magos malos, la excusa ha sido anunciar un truco sorpresa para el segundo semestre del 2021 que, en palabras textuales, va a dar «relevancia internacional a la cultura alicantina». Lo que da trascendencia a Alicante es la creación, los circuitos que permiten rodarse a los artistas noveles, abrir salas de exposiciones a escultores y pintores de aquí, escuchar a los que tienen que proponer cosas, difundir lo que se hace, poner en valor las locuras que funcionan, abrir espacios, reestructurar programaciones, generar sinergias… con todos mis respetos, ni una exposición de Lego, ni Julio Iglesias aportan demasiado a la precaria realidad que sufrimos en el sector.
Aún hay tiempo para que la oposición mueva ficha, o para que los naranjitos del Ayuntamiento hagan autocrítica y se cedan una parte de su dinero a repartir. Pero, para que engañarnos, la cultura de esta ciudad depende de la calidad de los gestores culturales. En eso Manresa tiene suerte de tener a Baltimore, Meet & Live, Un Fulgor, Protea, Santa Leonor, Coño… y, porqué no decirlo, nosotros, que sin cobrar un puto duro, hemos hecho más por la difusión que todos esos medios que, por cierto, se han llevado un buen puñado de billetes por dos páginas, una sección de 5 minutos semanales o un alcance cada vez menor entre los que realmente, aman y consumen cultura.
En fin. Que luego dirán que hay que ir todos a una y que el Ayuntamiento apoya la cultura…
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