Escrito por Victoria Lourdes.
El pasado 25N, día internacional contra las violencias machistas, Anita Antón e Inés Saavedra, actuaban en el Mercado Central de Santa Pola. Lo hacían dentro de la programación en torno al 25N de la Concejalía de Igualdad, y allí estuvieron: reivindicativas y poderosas.
Después de salvar múltiples obstáculos técnicos y con un visible, pero simpático, estrés, comenzaron su concierto. Anita nos cantaba que todo estaba cerca, y… cómo negárselo!: el pan, la mortadela, las gambas… todo estaba al alcance de la mano!!. Inés, relativizándolo todo, nos contaba que lo que tenga que ser, será. Luego supimos del número aureo, flotamos con amor es amor, y volvimos a poner los pies el suelo con el hartista del hit «chiviribaum».
Recalculamos el recorrido justo antes de que Eva y su mar hicieran aparición y, por suerte para mí, Inés se marcó su último tema, concordia, el cual no había tenido oportunidad de escuchar antes. Acabaron, como no podía ser de otra forma, con mujeres y mujeres y, como bis, se desmelenaron y se enfundaron las gafas de sol para cantarnos con mucho soul. Durante el concierto nos recordaron el vacío que les han hecho, y la poca visibilidad que han tenido, las mujeres en la música; todas esas las violencias que no se ven, las que no dejan morados en la piel. Por suerte, ellas están aquí, y ya no se dejan pisar, ya no se callan. Gracias, mujeres, por vuestra música tan necesaria.
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