- Artistas: Vaquero Caballo + Arco Glanz
- Fecha: 15 de marzo de 2018
- Lugar. Aula de Cultura de Alicante
- Público: Más de media entrada.
«Y al tercer día… la gente de Alicante resucitó.»
Quizá fuera porque Carlos Izquierdo tiene su particular tropa de enamorad@s de sus improvisaciones, o porque había ganas de escuchar in situ el nuevo disco de Vaquero Caballo en directo, pero, por fin, hubo una entrada más que decente en el Aula de Cultura de Alicante y el M Festival, fue del público, tanto como de los artistas alicantinos del cartel.
Al fin y al cabo, el jueves es un buen día para investigar, probar, ver lo que se cuece, arriesgar… ponerle la terminología que queráis, pero la curiosidad es el punto de partida de la vida cultural. Sin ella, todo se resume a pertenecer a una masa aborregada y, por lo visto, no a todo el mundo le gusta resignarse a ser un apocado más.
Abrió la velada Arco Glanz (nuevo proyecto electrónico de Carlos Izquierdo). A veces no somos conscientes del talento suelto que hay en Alicante. Nacho Córdoba anda pateándose los países nórdicos triunfando con sus sintes y el guardián del minimalismo musical en la terreta, nos demostró en apenas 40 minutos, que no sólo de guitarrazos vive el hombre (y la mujer).
La electrónica es un género incomprendido. En general, la gente la confunde con un dj mediocre dando volumen a una sesión mal grabada en su casa, pero es una variedad musical con muchos matices. Del fonoautógrafo de Edouard León- Scott o el Theremin, o el Ondes Martenot hasta el Korg o las tripas de cables pelados enchufados a un ordenador (normalmente con manzana), encontramos la diversidad del House, el trip hop, el synthpop, o el ambient.
Por ahí en medio furrula Carlos, jugando a crear (definición del artista de vocación) con su pasión de 61 (u 88) teclas. Su improvisación adormeció los estreses de los presentes con una gama de sonidos loopeados, un colorido único que a muchas memorias les hizo volar hasta el sumun de tener en Alicante a Silver Apples.
Si la curiosidad es el principio de la cultura, el arte de paladear es lo que le da significado. Y justo ahí es donde se distingue a los seres de mente abierta y al resto de los infelices que pueblan el mundo.
En el primer grupo están los Vaquero Caballo (y sus familiares ocupantes de las filas más solicitadas del teatro). El telón se cerró y se abrió, como en las buenas representaciones, y tras un minivídeo presentación, la Calma se fue a tomar por culo con el primer acorde de «El Campello».
Ya no quedan muchos grupos como Vaquero Caballo: rudos, sin postureos, que se dedican sólo a tocar, porque es lo que les gusta y que no se molestan ni en pensar un orden, o lo que los modernos de ahora llaman setlist… el devanado de sesos ya se dio para dirimir la ordenación de la cara A y la Cara B, así que, tocaron el disco tal cual, como lo hacían los Pink Floyd, dedicándoselo a los melómanos que todavía juegan a buscar las 7 diferencias entre la grabación y el directo.
El cuarteto de papás tiene, al menos, el mismo nivel que algunos de los grupos que la están petando en el panorama punk/pop nacional, pero no siempre obtiene éxito quién lo merece. Al menos, sí que hicieron algo que no todas las bandas consiguen: ser, por un día, profetas en su tierra.
El aula de cultura se entregó en la hora escasa de buena música que nos regalaron. «Dimensiones», «The New Juan Ramón» e «Interestelar» (dedicada al malogrado Stephen Hawkings) tienen mucho gancho. Y hubo hasta un hueco al pasado para una galopada final con aire de retrovisor.
Próximas citas:
- 5 de abril: Vera Green + Iván Serrano
- 19 de abril: Rosy Finch + Yosephine
- 3 de mayo: Smoking Rings + Encono
- 17 de mayo: Bluenáticos + Le Grand Miércoles
Entrevista a Tristán Rico, cantante de Vaquero Caballo AQUÍ
Escucha «Prisión paraíso» (2018)
Fotos del concierto:
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