Siendo positivas, deberíamos quedarnos con que la cultura, por zancadillas y por abstracción va a ganar trascendencia con los pactos de la derecha. Seguramente, el teatro, la música y la literatura van a ser una especie de refugio para todos aquellos que tienen la conciencia tranquila por haber depositado su habitual voto a la izquierda cada cuatro años.
Gracias por la parte que nos toca, Pero antes de seguir dándoos alicientes para esa huida a medias, os diremos que ni esto, ni el alcohol, ni iros muy lejos en vacaciones, debería evitar la realidad del enfado que nada, ni nadie, os debería arrebatar.
Con la superstición de toda la mala suerte que lo firmado un martes y trece les pueda traer, vamos a ir quitándole el polvo al «Indignaos!» de Hessel, porque la lucha se acaba de resetear y ya hay bastante gente anestesiada como para que tú, que tienes un poco más cerebro que ellos, te escondas y sigas dejando que la mentira y la inacción nos someta.
Pd. A ver si esta situación inspira a los creadores para mover conciencias.
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