Parece que la donación del Galerista Americano Michael Jenkins ha espabilado del letargo a nuestros políticos y, por fin, van a invertir dinero (500.000€) en realizar un proyecto para ampliar el MACA.
El museo, ignorado por una gran parte de los habitantes de esta ciudad (7 de cada 10 alicantinos nunca lo han pisado), se ha convertido en el hogar del debate, de la formación de la curiosidad, e incluso de la creación de las nuevas generaciones. Por eso, nunca está de más, ampliar horizontes, amortizar los espacios muertos y dejar hueco a proyectos nuevos, ideas diferentes y sueños más grandes.
La colección del MACA es extensa y de calidad. Con Rosa María Castells y su buen gusto como acicate, el crecimiento del museo ha sido exponencial, mientras se ha creído en él, en sus condiciones y en todo lo que puede ofrecer a Alicante en particular y al mundo del arte contemporáneo en general.
Vendría cojonudo que, aparte de esta ampliación, tuviera un presupuesto acorde con lo que ofrece a la cultura de esta ciudad. No obstante, la antigua Casa de La Asegurada, es una visita ineludible para todos esos guiris curiosos que aman la obra de Sempere, el valor que, quien sabe rebuscar, encuentra en las colecciones de la segunda planta y las exposiciones que siempre ocupan un lugar privilegiado en nuestras recomendaciones y las de todos aquellos que echamos de menor una apuesta más firme por el arte y por la cultura.
De hecho, el MACA debería ser la sugerencia número 1 en las oficinas de turismo. Las calles deberían estar petadas de indicaciones que condujeran a la calle Villavieja y, aparte de las buenas palabras y las adulaciones, habría que aprovechar la apertura de puertas de este emblema único, para que esa esencialidad, que para promocionar el proyecto llena las bocas de alcalde y concejales, sea palpable en la realidad del turismo al que se quiere llegar y que cuando se hace el Informe anual del estado de la cultura, se pelee porque esa capacidad de ser referencia del arte, sea efectiva, no solo en el día de las inauguraciones, sino cuando el guión exige una defensa más exhaustiva ante Valencia, ante Madrid, ante Europa y ante los propios alicantinos.
Veremos si las obras empiezan antes que en Cigarreras, en la Británica y en todos esos proyectos que se anuncian a bombo y platillo, y se olvidan después de dar los pertinentes titulares en los periódicos. Al fin y al cabo, el contenido es la noticia real de la cultura, y en eso, el alcalde y el edil de cultura tienen un déficit que la ciudad está pagando, aunque nunca es tarde para rectificar, si la dicha lleva consigo dinero, notoriedad y la opción de que la buena línea que ha tomado el museo siga expandiéndose.
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