Tras un intenso verano de reflexión, empezamos un nuevo curso con una meditada novedad: Decimos «Adiós» al atruísmo.
Es obvio que no es una convicción, sino que se trata más de una cuestión de productividad. Al fin y al cabo, esto es un negocio y nos hemos dado cuenta de que para optimizar el rendimiento no podemos perder el tiempo con causas dedicadas a una supuesta comunidad cultural que nos ha demostrado, en diferentes ocasiones, que no tiene intención ninguna ni de evolucionar, ni de colaborar, ni de mojarse como requiere una situación que nosotr@s siempre hemos considerado ruinosa, explotada y necesitada de nuevos (y diferentes) puntos de vista.
A título personal, cada uno de nosotr@s seguirá implicándose en los asuntos particulares que estimemos convenientes. Pero tras tratar de abrir un foro de debate que nadie usó, de tratar de crear un archivo de músic@s para sentar unas bases de profesionalidad inexistente en estos lares y crear un circuito para el que habíamos convencido a catorce salas y unos cuantos ayuntamientos y que parece no interesar a los interesados, tras ver la «masiva» respuesta a un crowfunding que llegando a más de 30.000 personas, entre RRSS y el post, sólo ha recibido 4 aportaciones, que solo 90 personas firmaran el manual de buenas prácticas que pretendía dignificar la profesión de artista, o que cuando pedimos sinceridad con los cachés para establecer unas pautas de gestión, la gente se desmarcara pidiendo cantidades económicas que no han cobrado en su vida, como si fuéramos gilipollas… por no hablar de todas las causas perdidas que lideramos, sin ser secundados por casi nadie o de todas las salas/artistas que se han aprovechado de nuestro trabajo en estos 5 años sin, ni siquiera, darnos las gracias.
Seguiremos siendo críticos y apoyaremos, a título personal, las causas que consideremos prácticas para la evolución de la cultura de nuestro entorno. Pero en los próximos días haremos públicas nuestras tarifas y se las haremos llegar oportunamente a tod@s aquellos que se han aprovechado de nuestro trabajo para crecer sin aportar nada ni a nosotr@s ni a la cultura alicantina. Quid pro quo, damos lo que recibimos y nos volvemos prácticos y egoístas, como la mayoría, mientras no observemos un cambio real.
Seguiremos adelante, pero esta vez, primando la rentabilidad y «llegar a fin de mes» sobre el «fenicismo» predominante en la cultura y los mercados de esta tierra. Sabéis que no es una convicción, pero ya llevábamos tiempo evidenciando que habíamos sobrepasado los límites de la paciencia. Y hasta aquí hemos llegado.
Atentamente, Alicante Live.
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