Casi dos años llevamos haciendo crónicas en este blog, casi los mismos que nos hemos pasado sin coger una guitarra en público. El sábado, pusimos remedio al mono de directo, desde el otro lado, y aceptamos la invitación del Distinto (Plaza Virgen del Remedio 7) para ponernos al otro lado de la crónica y vivir, por primera vez, como es el público de Alicante desde encima del escenario.
En realidad, para no notar en exceso las penurias del miedo escénico, decidimos rodearnos de amigos y llenar uno de nuestros rincones favoritos de la ciudad, de una parte de lo que nos ha ofrecido la terreta desde que llegamos, que es mucho más de lo que, seguramente, merezcamos. Allá por junio del 2014 nos agarramos a una frase de Oscar Wilde: «El único deber es el deber de divertirse terriblemente» para mostrar lo que pretendíamos ser.
Hoy, podemos decir que nuestro objetivo se ha hecho realidad, que vivimos en un mundo de bohemios, artistas, rodeados de gente de sitios tan dispares como Italia, Marruecos, Galicia, Euskadi, Huelva, Murcia o Alicante. Que mamamos de las enseñanzas de músicos, poetas, fotógrafos, podólogos, arquitectos, parados, abogados, funcionarios, estudiantes, pintores, directores de cine, presentadores de televisión, traductores y parados y que, de esa mezcla, parte el orgullo de pertenencia a un mundo nuevo, en el que el concepto de amistad se reinventa cada día y la vida rima en asonante con la música, la buena comida y los ratos que todos ellos nos regalan.
El concierto, fue largo, más de dos horas divididas en dos sesiones en las que repasamos más de diez años de carrera musical, que, seguramente, les sonó a nuevo a los que no nos habían escuchado antes. Dibujamos pinceladas de Täntra y Syrah, perfilamos los bocetos del disco que pronto empezaremos a grabar. Sorprendimos a los que nos catalogan como tímidos o callados y esperamos haber gustado lo suficiente para que repitan la siguiente vez que nos dé por cambiar el disfraz de cronistas, por el de trampantojos de una noche de sábado.
La pega fue habernos quedado sin ver, por un error de cálculo a Oh Gunquit! y ver que, aquí también, hay vecinos gilipollas que llaman a la Policía, por el tremendo ruido que puede salir de un acústico, sin percusión siquiera. Así están las cabezas y los finos oídos de los quejicas. Pero bueno, esperemos que el Distinto pueda seguir fomentando la cultura, como ha hecho desde que abrió sus puertas, y que los vecinos aprendan a entender el bien que ello genera a un barrio que está en vías de resucitación.
Para los que se quedaron con las ganas de escuchar la versión, sin ukelele de «Luciérnagas» aquí os dejamos un video with letters de la época de syrah:
Me encanto escucharte en solitario Jonn!!
Una gran velada!!!
Maravillosa actuación, letras profundas y arte en las venas!
Zorionak Norteño!!! ����
Gracias a tod@s por venir 😉
Repartiremos tapones la próxima vez de puertas para afuera… Fue un placer tenerte allí. Gracias!!