Texto: Alfonso Copé.
Ya sabemos de dónde nacen las flores: Tierra y abono. Lo segundo, hablando en plata, es mierda, sí. Hablando En Plata (Squad) además es un grupo de rap Malagueño, tierra de la que brota Alberto. La plata no le preocupa. O al menos no le ocupa. “Siempre sale a cuenta” Y no habla de parné. Qué va. Y siempre le sale a cuenta, estoy seguro. Aunque sepa de las penurias que se vive en el sur del sur, como cuenta en “Por derecho” o deje entrever en más de un tema y de dos de su cancionero.
¿Qué como sé todo esto? Pues el caso es que estuve el 27 de Enero redescubriendo en directo en El Refugio del Poeta al maestro Alberto Alcalá (a fecha de hoy las penurias han afectado a la web que enlazo, por que no se abre. Ces’t la vie).
Sólo lo había visto en el Certamen de Canción de autor de Elche, cuando dejó de ser un concurso de los 40 principales. También, si me fio de mi recuerdo, en algún “algo” puntual organizado por la Asociación Murcia Canción de Autor (30 añazos cumple… ahí es na). Tal vez el record Guiness de máximo de horas tocando en directo… o tal vez no.
La cosa es que, así de cerca como permite el rinconcito que Salvi mima como Astérix y Obélix la ínclita gala aldea, así de cerca como permite una guitarra y una voz sin micro y sin los, a veces, necesarios artefactos sonoros que se usan en un concierto en directo, así de cerquita, Alberto tiene un aire a Nick Drake. Ya sé que las comparaciones no son de buen gusto, pero es que uno es fisonomista por vocación y por formación y es mi manera de pensar: relacionar. Se podría decir que soy un relacionista. Y diría también que es un modo de vivir. Mi modo de vivir. Pero no vengo a hablar de mi libro, si no a justificar el tremendo pecado que es comparar. Mis disculpas.
De lo puramente físico se me vino un montón de relaciones más: las afinaciones abiertas de uno y otro, ese aire tímido de los dos. En Drake por lo visto nacido de la fobia social, en Alcalá tal vez sea más producto del estereotipo creado de esperarte un andaluz gracioso, simpático, chascarrillero… Mención a parte que tiene un sentido del humor muy marcado, incomprendido en algunas ocasiones por lo que él mismo dijo. Es un gozo si le escuchas desde ese cristal o tienes la suerte de que te guíe en un concierto hacia ese disfrutable humor, hacia este humor atípico, casi inglés, como el lecho de muerte de Nick Drake, que es de cuna Birmana, manque pierda.
La diplomacia tan supuestamente inglesa, eso sí, sin el componente de falsedad imperialista de la política británica, también es una característica de Alberto. La calma frente a la vehemencia. Sin ser un sieso y sonriendo pícaramente cuando toca, que el duende le hace cosquillas en la tripa, si no no podría acercarse al flamenco con el respeto que pide el género, mucho o poco debería darnos igual.
Sin ir de renovador de nada como tanta figura mediática del gremio y mucho menos de purista, el sabor flamenco a Sur es más que evidente. De todos los sures. El patrio, el americano, el francés. Sin ser de ninguno y de todos pellizcando los mejores bocados. ¿Cómo no va a repensar la identidad en su nuevo trabajo “Otra edad”?
Coda al tema identitario y el sambenito de “flamenco”: Mientras escuchas “Provincianita” lee el contexto que nos regaló en el concierto y que paso a tratar de trascribir aquí, de manera nada literal: En una pequeña gira por el sur, siempre el sur, de Francia en la que le anunciaron como artista flamenco, parecía que ni tan mal con tan mal puesta etiqueta hasta que en un concierto, la también etiquetada como la borrachita y medio loca del pueblo, gritó con la huida vehemencia de Alberto: “Çe pas flamenco, çes’t una merde!!!”
“No estaba tan loca” sentenció Alcalá con esa sonrisa pícara fraguada en los bares que frecuenta y practicando el sano deporte de saber ser sanamente autorisible. No pudo evitar la conversación con esa Provincianita. La buscó. A pesar de la irreverencia, o precisamente por dicha irreverencia, tuvo a bien o no tuvo más remedio que escuchar el chamuyo con un aire afrancesado del magullado cantautor, como si de ”El último Tango en París” se tratase pero sin la celebérrima escena de la mantequilla. O sí, si el derretido continente que nos une es una barra de mantequilla, basándose en la cruda sinceridad tan propia de un escupitajo en la cara y un saber decir: “Tiene usted razón, y no por eso le odio” . Ojalá aprendiéramos algo en la línea en todos los conciertos.
Como coda de la coda y por cerrar la comparativa por diferenciación con el compositor de “Things Behind the sun”, Alberto Alcalá no es un artista maldito.
Aún está vivo. No goza de las mieles de un éxito prefabricado a medida de la industria, pero goza de la admiración de toda buena amante del género y de las compañeras y compañeros de oficio. Es genuino. Es diferente. Es verdad. Es cuidadoso con lo que hace y con quien tiene delante. Ejecuta cada nota transmitiendo la sensación de que no podía ser de otra manera. Tal vez sólo tenga cuatro o cinco estribillos pegadizos por disco, pero quien hace MÚSICA y la mezcla con POESÍA con la autoridad que él lo hace ¿Para qué necesita un estribillo que sepa todo el mundo?
No es un artista maldito. No lo hagamos un artista maldito, que lo tenemos vivito, disfrutable y disfrutando.
Perdón por lo escatológico de la imagen y permítaseme la licencia poética: Seamos tierra y que nos abone con su mierda.
El próximo 24 de Febrero a las 20:00h Alberto Alcalá Presenta su nuevo disco “Otra Edad” en El Taller Tumbao Entradas AQUÍ o en el teléfono 966106248 o al whatsapp 666863483.
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