Hola tierra!
- 19 de noviembre, viernes
- Lugar: Las Cigarreras CC
- Ciclo: ROS FILM FESTIVAL.
- Aforo: Unos 100 espectadores
- Banda: Antonio Arias (voz y bajo)
- Juan Codorniú (guitarra)
- JJ Machuca (teclados)
- José Sánchez (guitarra)
- Popi González (Batería)
El Ros Film Festival es un compendio de sorpresas que te enseñan cosas diferentes a través de espectáculos diversos (y normalmente, transversales) que aunque partan de un supuesto concreto, como en este caso la música, acaban tocando palos varios: literatura, física, astronomía, escenificación y audiovisuales.
Callar y dejarte sorprender es la única forma de entender que tu esponja cerebral no tiene capacidad suficiente para almacenar todas las cosas que te interesan. Y con esa premisa, el arte de escuchar, se impone al resto. Algo que indirectamente, mejora tus condiciones vitales y adapta tus sentidos a la situación idónea para emprender un viaje extrasensorial, que empieza con un par de cervezas previas con unos cuantos amigos a los que llevas tiempo sin ver.
La oscuridad de la Caja Negra, con los primeros versos del libro de Alfred Worden, encarnan al recibidor del espectáculo. La Alpujarra se convierte en la luna, 6 pantallas conforman la lanzadera, la iluminación tenue emula al espacio donde a todos nos gustaría flotar y el silencio de la escucha, serían los nervios previos al despegue. .
Teloneado por la atmósfera, el quinteto de astronautas instrumentados irrumpen en el psique destartalado de la reflexión. De Mingladillas a Fresnedillas, con casi 50 años para rectificar el rumbo y no acabar en el desierto de Almería como Toni Leblanc.
Hay que recorrer 240.000 millas en poco más de una hora. Y entre medias hay que interiorizar los pensamientos de Worden, pasear por la historia de los Apolos, valorar los fracasos que sirvieron para que el hombre pisara, finalmente, la superficie lunar, el deseo que, durante décadas, toda la humanidad tuvo de ser Neil Armstrong, la importancia de Dee O´Hara…
El técnico de sonido no tuvo la precisión de los ingenieros de Houston, pero la experiencia es un grado y hubo un juego de mezclas entre lo escuchado en casa y la interpretación en directo de este cuarto multiverso, que tuvo sentido cuando del cóctel de las reflexiones sobre fracasos de Bill Gates, las Odiseas de Kubrick, algún guiño al pasado más «Lagartijo», el puente inestable que separa la soleá y la ciencia y las órbitas concéntricas… nos fuimos bebiendo las partes imprevisibles de otro viernes diferente, parido en Granada, gestado en la cabeza de un bendito loco y disfrutado por un centenar de hambrientos héroes que aprecian hasta el «lanzamiento desde las gradas».
¡Hola tierra! La luna sigue ahí aunque unos cuantos privilegiados la pisaran. Algo así es lo que queda de un concierto cuando te lo tomas como una obra de arte efímera e irrepetible. Unos cuantos detalles, el valor preciso de la sorpresa, una dosis de adrenalina generada por la mezcla entre la admiración al Major Arias y el hecho de degustar su música en directo.
Algunos se saciaron con el par de guiños a Lagartija Nick, a mí, personalmente, me gustó más el resto. Y eso que, por acostar a mi hija, me perdí la charla previa, lo que me dejó, como todo en la vida, con el aprendizaje a medias.
Y ahí, en la clave implícita del ROS FILM FESTIVAL, entendí toda la importancia de investigar, buscar, alimentar la curiosidad y llenar los espacios pendientes mezclando el oxígeno vital de la cultura y la parte plausible que solo da teorizar con la ciencia como Biblia.
Una cuestión de fe, con suculentas porciones de vitalidad emocional.
Corto y cambio, con el disco y la entrevista previa al astronauta sin escafandra
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