Buenos días Alicante!
Ayer todos parecíamos muy constitucionalistas, unos por el día libre que te regalan para honrar su recuerdo y otros porque con las elecciones tan cerca abrazan la Biblia que tienen más a mano para dar sus discursos. La mejor manera de honrar el arduo trabajo de la transición es respetar sus bases, centrarnos en la parte que habla de nuestro derecho a vivir dignamente y algo que llevan demasiado tiempo sin hacer: adaptarla a los tiempos que corren.
Parece difícil viendo las reacciones a la eliminación de España del Mundial. Aquí no vamos a hablar de fútbol, pero como periodista me da bastante asco ver que “ya lo decía yo” es el comienzo de frase más repetido en artículos, análisis, por llamarlo de alguna manera y tertulias de bar trasladadas a radios y televisión. Como análisis sociológico, deja claro que en España siempre nos acordamos de los que no están cuando nos va mal, que el amiguismo sigue siendo una constante, que todos queremos opinar de cosas de las que no tenemos ni puta idea y tratamos de crear verdades absolutas de opiniones de mierda sin contrastar. Sí… opinar es libre. Aunque no todos los que juzgan deberían tener altavoces con tanta difusión.
Vuelvo a la actualidad alicantina, porque Si a datos reales nos tenemos que agarrar, deberíamos exigir responsabilidades a la cantidad de millones de euros que cada año se pierden en esta provincia por no cumplir plazos o no estar avispados a la hora de presentar todo el papeleo para recibir el maná de las ayudas europeas. Hoy es noticia que Alicante ha captado 913.000 euros de la UE para generar compost con el residuo orgánico y separar la ropa, pero a la hora de la verdad, llevamos 20 años de retraso en la implantación del contenedor marrón y hay un déficit de civismo tal en los hábitos de tirar la basura, que cuesta imaginar que podamos cumplir las exigencias de la letra pequeña.
Vivimos en una era de grandes titulares que no van acompañados de realidades. Así tras muchos meses hablando de ser sedes de la Agencia espacial y de la inteligencia artificial, Elche y Alicante, respectivamente, al someterse a un juicio objetivo, y sin palmeros, se han quedado sin premio.
Que no os engañen, las bondades de una ciudad se venden solas. Vienen bien los empujoncitos y una buena inversión en comunicación, pero es difícil ser capital del cine sin cineastas, pensar en el espacio sin astronautas o ser esenciales en materias de innovación si sólo sabemos copiar o dar tumbos a miles de kilómetros de los que saben.
Como podéis comprobar, dos días después, todo se tapa con el fútbol, con la constitución y con otras patrañas, el problema es que desperdiciamos muchos recursos centrando los focos en milongas, cuando en el camino, los proyectos estables quedan en la más absoluta oscuridad. Y esto lo digo, por desgracia, con conocimiento de causa.
Para consolarme, nos queda la cultura. Hoy continúa el festitíteres, la feria de Jijona, la navidad de Alcoi, Miriam Domenech ha montado una performance que tiene buena pinta en el Refugio de Alicante. Cerca de Allí, el Club Horrorama del Soda, proyecta Frankenhooker, en la mistelera de Denia hay sarao con Ruina Pura, Usseles head y land of the sun y en entre bambalinas, noche apacible con tributo a Jimmy van Heusen.
La luz está hoy a más de 250€, así que disfrutad de la oscuridad y si podéis, haced la compra para ver si las cajeras y las reponedoras pueden descansar, al menos, 24horas a la semana… y, sin más que decir, cierro, hasta el lunes, con una frase de Ghandi: Perder la paciencia es perder la batalla.
Deja una respuesta