Carmen Boza y la poesía de la habitación roja

El mundo está lleno de poetas que llenan de letras la rutina en la que vivimos sumergidos. La belleza tiene muchos matices, unos la encuentran en la música, otros en la inocencia de un bebé amamantado mientras suena una nana cantada con guitarra, otros en un paisaje idílico con barcos flotando y castillos iluminados, otros en la erótica de una artista desfilando en ropa interior por su recién estrenado video musical, otros en el fondo de una copa de licor 43 y algunos, incluso, tenemos la suerte de verla en una habitación roja, con olor a moqueta húmeda y un calor de muerte que, ni siquiera, las cervezas de tres euros y medio pueden aliviar.

Es posible que Carmen Boza no tarde en olvidar el concierto que nos dio, que con toda la gira de azoteas que aún tiene por delante, lo del viernes en Alicante pase a formar parte de la mansión de los espejos que reflejan los días normales en los que vivimos. Pero lo que seguro que no olvidará esta cantante linense afincada en Madrid, es que estaba en la terreta el día que se estrenó su primer video: culpa y castigo que aquí podéis ver:

El lógico retraso derivado de los cambios de ubicación, obligados por la amenaza de lluvia, hizo que ese error de cálculo llamado Panoramis pareciera algo más que un centro comercial fantasma. Una legión de jóvenes se agolpaba en la puerta de una sala de conciertos improvisada, para disfrutar de la actuación de una de las artistas revelación del pasado año.

A falta de abanicos pusimos el ingenio y asumiendo que los charcos de sudor se agolparían en la moqueta, abrimos de par en par nuestros oídos para oír la voz de la ternura susurrándonos canciones de amor (y desamor) en la intimidad.

El riff del temazo que da título al último disco de la Boza rompió el silencio y, de repente, la moqueta se convirtió en alfombra roja. Las pisadas de la artista conformaron una senda de expectativas por la que nuestras conciencias paseaban relajadas. Por un momento, dejamos de ser desconocidos, la lluvia dejó de caer y los restos de mi verano se unificaron con las horas sincronizadas del resto de los presentes.

Las quinceañeras acompañaban con su voz las letras, Tony Brunet completaba la musicalidad con la dosis necesaria de acordes y los cantautores de zapatos de colores aprendían, comparaban y se autoflagelaban y automotivaban a partes iguales.

Con el «live the room» caliente, nos dio por caminar con pies de plomo a través de las historias de los mayordomos sin culpa y a la altura de tus ojos nos retrotrajimos a un pasado de videos de webcams y maquetas que casi nadie escuchó. El sudor exigía un receso, pero antes la niña voladora de Juanito Macandé nos convirtió en monillos locos y acabó de llenar de gloria el sabor del primer trago de cerveza a precio de cielo.

Tras el descanso, el rock asomó en los acordes de la cruz. Y alineados en un ejército de fans entregados, nos dejamos llevar por la fuerza de la gravedad y seguimos el rumbo establecido por la brújula que marca la rendición como norte.

Como los bebés no tienen la mala costumbre adulta de reprimir las lágrimas, Carmen tuvo que acabar de lucirse con una nana inédita y entre pañales y bragas mojadas (con restos de placer), vimos el directo de la canción del día, nos autoeximimos de las culpas y los castigos y buscamos las señales positivas de un futuro que descargará las cuentas de los que saben que el trayecto no se ha terminado mientras los delirios y el éxtasis no se mezclen con la dormidina que nos hará cerrar los ojos hasta que deje de llover y el calendario nos deje clavados en octubre, quizá cansados de la poesía, pero no de la vida.

Y seamos bipolares, o no, encontremos o no la antítesis de los supuestos, nos mojemos más o menos.. la poesía seguirá rimando los momentos, sean buenos, malos o regulares, ¿qué importa eso? si aunque la música deje de sonar, hay terrazas suficientes para que las letras nunca dejen de fluir…

Veremos si la lluvia nos da una tregua y Mikel Erentxun puede cerrar, la semana que viene, el ciclo Licor 43 live the roof Alicante desde la azotea. En cuanto a la Boza, este mes podréis verla, también, en Vigo, Donosti, Sevilla y Barcelona.