El día después de las últimas elecciones generales en España, un periodista escribió que «posiblemente, esta nueva victoria del PP sea culpa de la incultura generalizada de este país». El cambio sólo asusta a los que temen perder lo que no merecen, por eso a veces, tengo la sensación de que hay más corrupción en el pensamiento de la gente, que en los actos de cuatro mangantes.
Rajoy decía, semanas antes de ser investido, que estaba analizando los Gobiernos del resto de países europeos para inspirarse a la hora de conformar el suyo. Como siempre, ha obviado dos cuestiones importantes: una, que confianza no es lo mismo que amiguismo. Y, otra, que ya no tiene mayoría absoluta, por lo que quizá, debía haber hecho un guiño a los que han apoyado su investidura, o a la independencia de algunos personajes que hubieran dado un toque de normalidad a sus reuniones de ministros.
Me consta que los aspirantes, tod@s, hubieran preferido presidir el ministerio del tiempo que el que les ha tocado en suerte. Pero bueno, esto es una web de música, por eso, he decidido escribirle una carta abierta a Iñigo Méndez de Vigo.
Al señor portavoz del Gobierno:
Alejandro Jodorowsky dijo que «Cuando los países se desmoronan y se caen lo único que queda de ellos es la cultura, por eso es tan importante». Las artes, las ideas y los sueños son lo que salvan a la gente de la miseria, o más bien, hacen que las penurias se sobrelleven mejor. De usted depende que los errores mengüen.
Los locuaces más irónicos dicen que de las tres «carteras» que se le han encomendado: Educación, Cultura y deporte, su partido sólo da importancia a la última. Otros, la mayoría, se han mostrado indignados porque la cultura no tuviera su propio ministerio, hecho que a mí me parece irrelevante, sobre todo, porque considero que la educación forma parte de las artes de enfrentarse al mundo.
Y de ahí, del mundo, llega el reconocimiento a nuestros artistas. Somos precursores de lo alternativo, admirados por nuestro cine, reconocidos por la calidad de nuestra música, de nuestra literatura, de nuestra pintura (la histórica y la moderna)… debe ser una de las pocas cosas en las que somos referentes. Y, a pesar de todo lo que aportamos, somos tratados como una mierda por las instituciones.
He ahí su labor para los próximos cuatro años. Acabar con la precariedad del artista, tratar de que la cultura deje de ser un sector desprotegido, y pase a ser una prioridad. Al fin y al cabo, tenemos un público de más de 500 millones de personas (las que hablan castellano en el mundo) y merecemos una ley del mecenazgo en condiciones, que nos permita llegar hasta ellos.
También es importante que la cultura deje de ser un capricho elitista. El 21% de IVA cultural, ha sido una lacra para creadores, público, gestores culturales y empresarios en general. Ha quedado demostrado que cuando la entrada de un cine cuesta 3€, la sala se llena, o que es más fácil plantearse ir a un concierto cuando cuesta 5 o 6 euros que cuando, por culpa de Montoro, te acaba costando 10 o 12.
De usted depende también, que la educación deje de ser un vaivén de intereses políticos. Busque un Pacto de Estado y dele a la cultura el protagonismo que le han quitado los que consideran que la filosofía o la música no tienen valor en la sociedad actual. Acabe con 40años de estupidez y negocie, para hacer posible que nuestro futuro sea un poco más halagüeño, y consensuado, que este presente de egoísmos generalizados.
También está en su mano RTVE. Quizá vaya siendo hora de pensar en una programación cultural mejor. Procure que no se pierda la esencia de La 2, Radio 3 o Radio Clásica y piense en el bien que hacían los programas de música en directo o porqué la gente añora tanto La bola de cristal.
Su labor es complicada, y más si tiene que alternarla con la portavocía del Gobierno. Yo le deseo toda la suerte del mundo, ya que sus éxitos harán felices a todos los amantes de la cultura de este país (que son muchos).
Atentamente,
Alicante Live Music.
Anónimo dice
Espero que lea la carta porque resume perfectamente lo que la cultura necesita y no creo que cueste demasiado dinero llevarlo a cabo.
Enrique M.