Que en pleno siglo XXI un Ayuntamiento se tenga que gastar dinero en campañas de concienciación para guarros, 3millones de euros en separar las basuras, casi doscientos mil en recoger colillas, ni se sabe cuanto en máquinas para quitar los chicles pegados de las aceras, o en tener un equipo de limpieza que poco tiene que admirar a la Utópica Ute de Homer Simpson, cuando le nombraron intendente de basuras de Springfield, deja a las claras que Alicante tiene un problema: L@s guarr@s.
Ya no sólo el que saca a su perro y lo deja a su libre albedrío cagando y meando por la esquina que le plazca, ni el que deja la basura fuera del contenedor, o el que habiendo un millón de basureras tira la colilla, el papel, la cerveza o lo que tiene a mano donde le viene en gana, sino el que le ve y no le dice nada.
Me consta, porque lo he comprobado en mis propias carnes, que ir de cívico por esta ciudad no es lo más fácil del mundo, porque cuando tratas de avergonzar al guarro, o la guarra, en cuestión, hay más abogados del diablo, que gente dispuesta a señalar la mala acción, con frases como: ¡Los basureros tienen que trabajar! o ¡para qué voy a reciclar si todo va al mismo lado!
¡Menudos argumentos! Quizá yo esté mal acostumbrado, porque vengo de un lugar con contenedores marrones para hacer compost con la basura orgánica, en el que las campañas de concienciación del reciclaje empezaron cuando todavía existía la EGB, y donde han sido l@s niñ@s los que han educado en el civismo moderno a sus padres y abuelos, y no al revés.
Es evidente que el alicantino va a la suya, y se la suda el legado que pueda dejarle a sus nietos, éso sí, cuando aparecen ratas, o viene alguien de alguna comisión europea a atestiguar lo guarros que somos, pone el grito en el cielo. Quizá el antídoto para esta tozudez, sea viajar y ver lo que la limpieza puede llegar a embellecer una ciudad, el gusto que da que un paseo , no lleve implícito un slalom de cagadas de perro, o que las calles no huelan a bomba fétida.
El ayuntamiento y Arkano van a intentarlo, pero yo creo que la clave del éxito de esta campaña es enseñar a l@s alicantin@s a pensar en algo más que en ellos mismos, respetar a tus vecinos, pensar en el futuro, en la sociedad en la que quieres vivir, en tratar las calles de tu ciudad como si fueran tu casa (que lo son) y en el tratamiento que te gustaría que te diesen a ti como punto de partida a la hora de tratar a los demás.
En definitiva, civismo. Una palabra en desuso por estos lares que ayudaría a que muchas de las cosas que fallan en Alicante se solucionaran.
María dice
Toda la razón del mundo, Alicante es una ciudad preciosa pero los alicantinos, no mostramos aprecio por nuestra ciudad ni por los bienes públicos. Es cierto, aquí en Alicante nadie recoge la caca de su perro, los parques donde juegan los niños y las calles están llenas de excrementos y orines, Las multas por no recoger los excrementos de tu perro son más de 300 euros, y sí efectivamente el ayuntamiento no cumple , ne en relación al servicio de limpieza de la ciudad, ni en relación a concienciar a los ciudadanos. Con aplicar la multa sobre unos cuantos que no recogen los excrementos de sus perros sería suficiente para que sirviese de ejemplo al resto. Os puedo asegurar que en otras ciudades de la comunidad valenciana, esto no ocurre. No me extraña que el turismo se resienta.