Hoy una palabra recorre mi cabeza: esperanza. La unión es la única alternativa a la crisis y, al menos, por un día, la cultura ha salido a la calle vestida de luto: juntos, reivindicativos e imaginando un futuro diferente que, ojalá, nos traiga algo más que hambre e incertidumbre.
Mi condición de padre, me ha dejado a mitad de recorrido, siguiendo el resto de la manifestación en el telediario y en las redes sociales.
Emociona ver perfiles teñidos de rojo, vídeos de todos los rincones de España haciendo evidente un problema que sólo resolveremos cuando pongamos en valor nuestro trabajo: artistas, medios, técnicos y todos los que queremos vivir una vida mejor haciendo lo que más nos gusta.
En el debe… he echado de menos el apoyo institucional. Se puede contar con los dedos de la mano, las concejalías, teatros (o Teatro, más bien: el Arniches) que se han mojado por la causa. No hubiera estado de más que Concejalías como la de Alicante, Elche, Benidorm, Sant Joan, San Vicente… hubieran teñido de rojo sus fotos de perfil. Al fin y al cabo, el apellido cultura, implica el supuesto de que ellos también deberían formar parte de la marcha. He visto a técnicos y funcionarios a título personal, pero los concejales, que si están ahí es gracias a nosotros, se han quedado en casa, callados y sin hacer nada, hablando del PSOE, de Ayuso o de su puta madre, pero no de la materia por la que deberían estar arrimando el hombro. Eso, por no hablar del enésimo ridículo del Ministro Rodríguez Uribes hablando con Pepa Bueno con todo el sector en la calle pidiendo, al menos, un poco de diálogo.
No se le pueden pedir peras al olmo, pero creo que la autocrítica de los corrillos es un buen comienzo. Más viendo que la mayoría compartimos precariedad, miserias, números del color de la alarma en el banco y ansiedad. A ver si la siguiente vez, en lugar de rebajar pretensiones, tirar los precios o atenerse a cobrar en negro, hablamos de convenios, de dignidad, de unidad y de exigencias, como que los representantes institucionales, sepan algo del sector al que se deben antes de ponerse a cobrar 3000 euros al mes (o más).
La historia ha empezado a escribirse. Veremos si lo que imaginamos es posible. Yo creo que sí, pero como siempre, nos va a costar…
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