Siempre me pregunto por qué cuando vamos fuera hacemos cosas que no hacemos cuando estamos en nuestra casa. Sería conveniente que esa picadura de conocimiento que nos obnubila cuando nos convertimos en turistas, se mantuviera cuando la rutina nos despierta la nostalgia instagrámica .
Las opciones en esta provincia son diversas: Un castillo (hay muchos en la provincia) un museo (también hay muchos, la mayoría gratuitos), el patrimonio oculto, la naturaleza… pero parece que aquí sólo nos guste beber, ensuciar, talar árboles y callar como tumbas en el cementerio (que también hay algunos con historias, ahora que se acerca Halloween).
Yo que me paseo todos los días a las 07.00h tengo claro que a Alicante le conviene adelantar horarios, por el acotamiento del transporte público, por la dignidad de los trabajadores (de tiendas, bares y …) y, sobre todo, porque hay que dejar margen al final del día para disfrutar de tu gente y para hacer cosas sin prisa.
¿Por qué hablo de todo ésto? Porque es lo que aúna la nueva propuesta para los sábados: Los conciertos del Baluarte. O es como yo decidí tomarme el sarao con banda sonora de Viscopaf y Colectivo Da Silva del pasado sábado: Ser turista, por un día, en mi ciudad.
La parte teórica de consumir el comercio de cercanía de la ciudad se queda un poco corta, si a las 11.00h tienes que estar en lo más alto de Alicante. Yo me limité a comprar la fruta y el pescado en el Mercado (como todos los sábados) y a desayunar en una terraza aprovechando que el verano se resiste a abandonarnos.
Sin bolsas y con las fuerzas renovadas, busqué uno de esos senderos urbanos, que el ayuntamiento tiene abandonados, para subir desde la estación de bomberos al Castillo andando y teniendo la sensación de respirar un aire fresco que en la city brilla por su ausencia con tanta tala indiscriminada, tanto coche y tanto cemento.
Calculé bien. Y a las 11.00h estaba arriba. A esas horas, y a pesar de los sudores, no me entran cerveza, ni perritos, así que me fui al kiosko a pedir un café y a buscar una buena atalaya desde la que mirar la Alicante que no vemos a ras de suelo.
El principio del concierto de Viscopaf interrumpió mi momento. Me congratuló que la gente se hubiera tomado la molestia de no limitarse a ver al cabeza del cartel. A pesar de la solana, había bastante gente viendo a la banda local estrenar su segunda triada de singles: discobar en casa. El tempo pegaba con la colección de camisas hawaianas que poblaban el público.
¡Mucho postureo! Pero empieza a ser habitual mezclar divulgación, con planes en familia, fiesta y turismo en un mismo pack. Cosa que los padres de familia agradecemos infinitamente. Y más si no pagas un euro por disfrutarlo.
La banda suena bien, sus ritmos entre pop y psicodelia combinan a la perfección con el sol reinante en estos lares. Así que buscamos un reducto de sombra para observar la reacción de los que se encontraron la música en su visita sabatina. Y ¡sorpresa! más de uno, se unió a la fiesta, por eso que llaman dinamizar, y que esta peña de Esatour, el Patronato de Turismo y otros «gestores» de espacios patrimoniales no acaban de entender.
Llama la atención que sean los preadolescentes los que tiren de sus progenitores. Los que se adaptan, los que bailan, o los que entienden que una «aburrida» visita puede transformarse en una mañana inolvidable por un pequeño detalle: la música en directo.
El bolo duró poco. Imagino que porque Viscopaf está aún completando su corto repertorio. La gente buscó sombra y yo, me pedí una IPA y me fui detrás de un actor que a eso de las 12.30h se puso a hacer una visita teatralizada en una de las puertas del Baluarte. Los quehaceres están un poco desorganizados y cuesta encontrar a alguien que te informe de lo que hay por ahí, que es más de lo que parece: juegos, visitas, audioguías, los accesos o lo que puedes hacer cuando bajes…
La clase de historia me dio más sed. En la barra hay tiempo para la vida social, porque creo que se alargó demasiado el cambio de bártulos y más si el pretexto es que comamos en Alicante. En eso, me quedo con una frase de una de las guías: «Alicante siempre está metida en guerras». Y va a su ritmo… añadiría yo.
Por si os pasáis a alguno de los siguientes os recomiendo tener a mano un kit: con vaso reutilizable, crema solar, un poco de fruta y un sombrero/gorra (sobre todo si sigue haciendo este calor inesperado de octubre).
Colectivo Da Silva se tomó las cosas con parsimonia. Se ve que venían de un bolo nocturno y Andrés se había quedado dormido en Madrid. Así que tocaron 6 (que no se nota tanto como si un power trío se queda sin una pata).
La cadencia de ritmos era una continuación del de Viscopaf. Con más tablas y unos speaches un poco más logrados aprovechando la ausencia. Lo que tocan no es mi rollo, ni por ritmo, ni por temática, pero me puse a hablar con un grupo de universitarios de primer año que estaban allí saciando una parte de la curiosidad que deberían tener todos sus coetáneos. A veces, los metemos a todos en el mismo saco y hay benditas excepciones que, aunque no tienen claro su estilo, o se están adaptando a lo que hay, tienen esa parte de curioseo que tantas veces mentamos en nuestro afán por encontrar nuevos públicos con personalidad.
Hubo un buen feedback, porque yo buscaba mis respuestas y ellos necesitaban una agenda. así que meneando culitos con «nos vemos luego», «bolitas» o «amor de verano» conseguimos una parte de esa efervescencia social que algunos confunden con «ir a la moda».
Y en ese punto abandono el relato hasta el siguiente concierto. Porque creo que esto del indie ha pasado a mejor vida y quizá debamos inspirarnos para encontrar otros caminos menos mainstream, menos superficiales y con algo más de chicha. Bajé en bus, cogí el Tram y comí por ahí.
Como primer intento, es bueno. Si queréis probar los siguientes, este es el programa:
- Sábado 14 de octubre: Amatria + Locos de atar
- Sábado 21 de octubre: Tito Ramírez + Le Grand Miércoles
- Sábado 28 de octubre: Jimena Amarillo + Mira Paula
- Sábado 4 de noviembre: Ralphie Choo + Tere Priore
- Sábado 11 de noviembre: Sienna + Gran Angular
Deja una respuesta