Hay dos posibles objetivos al hacer una crítica: La notoriedad y generar debate. Nosotr@s pasamos del primer punto, porque consideramos que hemos llegado a un estado en el que no tenemos que banalizar contenidos para tener likes. O dicho de otra manera, ni los likes, ni el número de visitas, nos dan un euro.
Aunque, a veces, hay gente que piense lo contrario, nuestro único objetivo al escribir una crítica es GENERAR DEBATE. Primero porque tenemos un alcance suficiente para encauzarlo y segundo porque hay cosas que afectan a nuestro día a día, a nuestra dignidad como profesionales de la cultura y a otras cosas de las que dejamos más o menos constancia, dependiendo de qué trate el artículo en cuestión.
La gran pena, es que muchas veces, ese debate es un intercambio de mensajes de móvil. O una ratificación estúpida de la postura de cada uno de «los opinantes en secreto». Lo que deriva en la consiguiente pérdida de tiempo, saturación de móvil y mente y otras cosas que te quitan las ganas de escribir o meter el dedo en la llaga de la herida a la que muchos contribuyen, muchos quieren curar… pero sobre la que nadie, nunca, actúa.
Desde que todo este proyecto se puso en marcha me ha resultado curiosa la descompensación entre gente que lee el artículo y su gestión de lo leído. Hubo un tiempo en el que la ofensa y la ratificación derivaban en acciones que cambiaban opiniones. Cafés interesantes. Incluso peleas, físicas y dialécticas.
Hoy, en cambio, hay que medir las palabras, y aún haciéndolo, es fácil que te metan en el saco del blog de chichinabo, por conveniencia, se haga bandera política de lo que no tiene significación alguna o se busquen pies del gato que no existen. Al fin y al cabo, un crítico asume su soledad, aunque piense cada adjetivo, cada párrafo y cada expresión tratando de evitar que los tontos se queden sólo con el titular.
A pesar de eso, y agradeciendo la suerte de que cada vez funcione mejor la ciudad, la provincia, la cultura y la dignidad del artista/técnico/freelance unas horas de mensajes de Whatsapp, insultos varios y parrafadas vanas, no nos van a acojonar. Opinaremos aún con el riesgo de equivocarnos y generaremos debate como llevamos haciendo casi ocho años. Porque ese es el sino de la cultura y es lo que varía su integración en el resto de la sociedad y en todos esos colectivos que, por desgracia, solo tienen tiempo para pensar en ellos mismos.
Atentamente, Jon López, director de alicantelivemusic.com
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