Hace apenas 9meses conocimos, sin querer, a un divertido grupo inglés. Aquel día entendimos el significado de la expresión «mover las caderas», hicimos honor al nombre del grupo sudando como pollos y ratificamos esa sensación de que el rock, cuando es bueno, puede arrancar de cuajo todos tus problemas.
Ellos eran MFC Chicken y, casi un año después, tuvimos un dejavú. No de esos que tienes cuando bajas la basura o cuando te despiertas en el sofá y piensas que esa escena la has vivido ya, o la has soñado. No, os hablamos de esas buenas sensaciones que sólo la música sabe generar, las que se impregnan a tu memoria y se aferran a ella, hasta que se repiten y se regeneran los matices que un día te hicieron bailar, o sonreír, o alimentar esa sed de cultura con la esencia más pura: la que sólo puede darte la música cuando se desnuda completamente.
Con MFC chicken es difícil ponerse triste, aunque sepas que Spencer, el saxofonista, se va a Canadá y que es posible que está sea la última vez que vas a poder verlos en mucho tiempo. Así que nos pusimos nuestras mejores galas guatequeras y nos dispusimos a vivir un dejavú.
Mortadelo seguía allí aferrado a sus baquetas, Fernando Terror seguía pareciendo el guitarrista de la escena rockera de la primera parte de Regreso al futuro, el olor a pollo frito era el mismo que aquella noche del Eat my soul, pero faltaba el viejo reverendo, aunque un jovenzuelo había osado heredar su alzacuellos y sus maracas y el ritmo frenético, tan non stop, fue un aliciente que, mezclado con canciones del «It´s… MFC Chicken time«disco que han publicado en estos meses que han pasado, y alguna sorpresita más, diferenciaron los dos conciertos.
Básicamente, esto volvió a ser un non stop, que teniendo en cuenta que llevaban 17días seguidos de gira, es muy de agradecer. No hay muchos grupos que lo den todo sobre el escenario, sin ir más lejos, estando en el Atiende Alicante, sería suficiente con acordarse de Rivulets para darles más mérito, pero no, basta con verlos subidos a la barra del fondo enseñando su coreografía de pollos al personal, o aplicándonos con una clase de deletreo básico y de contar hasta cuatro en inglés, para saber que estos cinco pimpollos tienen poco que ver con los estirados y egocéntricos capullos que tanto abundan en este mundillo de bambalinas y acordes.
Es complicado encontrar a alguien que sepa divertirte durante una hora y media. Que, además, sea capaz de interpretar esa felicidad contagiosa ampliando el repertorio con cinco canciones, o, incluso, de premiar a los que no tuvimos la suerte de ir al Funtastic de este año con un par de versionazas de los Sonics.
Vamos, que aunque era domingo, tuvimos que alargar la noche con un par de cervezas tratando de bajar el subidón, escuchando novedades «lemon roomeras»y arreglando el mundo con los remiendos que sólo una noche de música puede proporcionarte.
Para terminar, os recordamos que esta versión otoñal del Atiende Alicante tendrá su final apoteósico con el concierto de Pony Bravo. Aún queda un mes, pero lo del viernes 11, promete ser irrepetible, así que id limpiando vuestros D.N.Is, buscando setas y preparándoos para una buena rave de Dios, que los cuatro sevillanos locos están preparando una buena.
Aquí os dejamos la crónica del otro concierto de MFC Chicken en el que estuvimos: http://alicantelivemusic.blogspot.com.es/2015/02/one-chicken-two-chicken-three-chicken.html
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