No tenía muy claro lo que iba a ver pero si lo organizaba Un Fulgor de moda Antónima no podía estar mal, suelo fiarme mucho de la selección musical de estos. En el Escorxador de Elche, un día festivo y a 5 minutos de comenzar tan sólo quedaban 5 butacas libres. En el escenario, 3 hombres vestidos con túnicas marrones y un contrabajo, una batería y un piano de cola. Humildes en luz, decoración y energía.
Cuando empezaron a sonar entendí que no iba a saber catalogar lo que iba a oír en ningún momento pero que no saldría de allí impasible. Fuerza. muchísima fuerza en la voz de Dorian Wood, en su rostro y en su cuerpo, en la percusión, en el platillo y en el contrabajo. Letras llenas de poesía, verdades y dolor. Una experiencia más de esas que no se olvidan porque las has sentido muy adentro.
No se, creo que lo que más mola de estas cosas es descubrirlas. Ya sabéis que hacer la próxima vez que veáis anunciado un concierto que no conocéis, estáis avisados.
Patri Söda
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