Los climatólogos y los agricultores muestran una gran preocupación ante la situación de sequía que atraviesa la provincia en estos primeros siete meses del año hidrológico. Con un déficit de precipitaciones del 71% en abril, se confirma que estamos experimentando el inicio de año hidrológico más seco y cálido en la Comunitat Valenciana desde, al menos, 1950.
Fuentes de Climatología de la AEMET en la Comunitat Valenciana, destacan que este déficit de lluvias, junto con las altas temperaturas, acelera los procesos de transpiración y la pérdida de humedad en la vegetación y el suelo, lo que afecta tanto al monte como a la agricultura. Señala que si bien la sequía en otoño no es inusual, lo preocupante es su persistencia y prolongación, lo que se alinea con los escenarios previstos del cambio climático.
Por su parte, desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, describen esta sequía como típicamente mediterránea, donde las borrascas del Atlántico pierden su efectividad al llegar al litoral mediterráneo. Advierte sobre la falta de temporales de Levante y vientos marítimos que aporten humedad para posibles lluvias abundantes. A corto plazo, asegura que el abastecimiento de agua para consumo humano está garantizado, pero se debe hacer un uso responsable del recurso.
En el ámbito agrícola, los efectos de la sequía son aún más preocupantes. ASAJA Alicante, describe la situación como catastrófica, con cosechas afectadas en distintos sectores como el limón, la alcachofa, el almendro y la cereza. Advierte sobre la restricción de riego en la cuenca del Segura y hace un llamado al mantenimiento del trasvase Tajo-Segura y a medidas de apoyo fiscal y de seguridad social para los agricultores afectados.
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